Ponencia

Autonomía audiovisual y democracia comunicativa.

Parte del Simposio:

SP.62: Antropoéticas: As grafias enquanto gesto político, ético e poético.

Ponentes

Mariano Báez Landa

CIESAS, México

Mexico (México)

Las maneras de representar y construir la diversidad humana responden a racionalidades también diversas y muchas veces en tensión. Esto representa un imperativo ético-político que nos obliga a distinguir las estrategias de representación encaminadas a mantener las jerarquías y asimetrías en una sociedad, y aquellas que pretenden contribuir a la transformación del sistema de relaciones sociales basado en la reproducción de la desigualdad, la injusticia, la violencia y el poder.
El audiovisual participativo ha sido utilizado por equipos de realizadores étnica y culturalmente diferenciados, que usan la etnografía desde su propio campo epistémico y dotan al audiovisual de un carácter democrático y liberador que busca promover espacios y experiencias de carácter autonómico.
El Norte más allá de una georeferenciación espacial es toda una categoría que integra una epistemología dominante y hegemónica, un rumbo de lo correcto, desarrollado y civilizado. Paradójicamente los mexicanos hablan de nortearse o norteado a la situación de haber perdido la orientación, el sentido, el rumbo; existe una acepción del término diferente en Brasil donde nortearse o nortear corresponde a una situación correcta, con rumbo, orientada.
El Sur como referente histórico y geopolítico, puede convertirse en la base de un sistema cognitivo que produzca conocimientos diferentes y relaciones sociales, interculturales, simétricas y emancipatorias dentro de la diversidad humana. Un Sur que no sólo ubica pueblos enteros geográficamente, sino que engloba también aquellos que viven una condición marginal y sometida dentro del propio hemisferio norte.
SURear ó SULear es una propuesta metodológica concebida por Marcio D’Olne Campos (1991) para pensar y representar al mundo de forma diferente, alternativa a la hegemonía global de los Nortes raciales, étnicos, socio-económicos, geopolíticos y culturales.
Para poder SURear, es decir, trazar trayectorias interculturales e interétnicas procurando referentes no hegemónicos, emancipadores y que fomenten reconocimiento, respeto y convivencia entre TODOS los mundos posibles, se necesitan nuevas formas de pensar, que pongan al mundo de cabeza y se reconozcan todos los SURES posibles.
SURear, en consecuencia, nos lleva a promover relaciones sociales básicamente interculturales e interétnicas que procuren la negociación entre diversas estrategias de control cultural (Cfr. Bonfil 1991) que se han expresado originalmente en tensión y con un grado de asimetría cuyo origen está en la naturaleza misma de las relaciones sociales en el capitalismo.
SURear no es mediar y/ o traducir las relaciones entre contextos culturales y mentales diferentes. Es montar procesos comunicativos abiertos, francos, transparentes y amigables, que garanticen la convivencia basada en el respeto a la diversidad humana.