El turismo ha sido la principal fuente del notable y sostenido crecimiento económico de la Isla de Pascua durante las últimas dos o tres décadas, con una mejora directa de los ingresos de sus habitantes. Las cifras previas a la pandemia indican que 150.000 turistas al año visitaban la isla. El crecimiento de la industria fue descontrolado y se aceleró progresivamente y dependió de las políticas de ventas de la aerolínea en lugar de políticas de planificación y gestión turística a largo plazo. Estas cifras pusieron a prueba la sostenibilidad de la industria poniendo a prueba la fragilidad del sistema de gestión de atracciones instalado.
En esta presentación quiero abordar el futuro que el arqueólogo estadounidense William Mulloy vislumbró para la isla en los años 60 y que es la base de la gestión patrimonial de la isla hasta el día de hoy. Mulloy fue una figura clave en el programa de restauración de los sitios megalíticos de la isla. Formado inicialmente en arqueología de las Grandes Llanuras de América del Norte, fue uno de los arqueólogos invitados a participar en la expedición noruega a Rapa Nui en 1955-1956. Fruto de esa experiencia, se dedicó a la arqueología de la isla por el resto de su vida. En las cartas dirigidas a las autoridades chilenas que aquí analizamos explica su visión de desarrollo para la isla, un desarrollo basado en el turismo de los monumentales restos arqueológicos de la isla, donde, según sus palabras, le interesaba la posibilidad de vincular trabajos arqueológicos con el futuro desarrollo de una industria turística económicamente rentable, que podría contribuir en gran medida a solucionar los problemas económicos de la población de la isla.
Un componente más que relevante fue su interés en que este desarrollo llegue a la población rapanui, para que fuesen ellos quienes se beneficiaran del turismo y hacerse cargo de la protección de su propio patrimonio. Cuando revisamos los datos sobre el desarrollo del turismo en los años 1970, vemos que una parte importante de lo que Mulloy tenía en mente comenzó a materializarse, principalmente gracias al establecimiento de la conexión aérea entre la isla y el continente a través de líneas regulares. Vuelos a Chile.
Los escasos números de turistas iniciales aumentar lentamente a lo largo de los años. Sin embargo, a partir del año 2012 se observa un aumento casi exponencial en la llegada de turistas, situación que ha tensionado la isla, y que solo se frenó con la pandemia. La gestión de este número de turistas plantea nuevos problemas y retos que afectan todos los aspectos de la vida en la isla