En las últimas dos décadas Chile se ha convertido en uno de los países latinoamericanos que más migrantes recibe del continente con casi 1.5 millones de personas extranjeras habitando en su territorio según la última encuesta nacional de población convirtiéndolo en el segundo país en América Latina con mayor afluencia de migrantes (INE, 2022). De los tres grupos migrantes con mayor presencia, Colombia representa el tercer grupo más significativo en Chile con el 12% del total migrante según la encuesta CASEN 2022, y es el principal destino de remesas enviadas desde Chile representando el 24,7% del total de envíos de acuerdo al Banco Central de Chile.
Partiendo de dos experiencias de trabajo de campo con 6 mujeres migrantes del Pacífico colombiano trabajadoras de cuidado en Santiago de Chile a quienes entrevisté entre 2016 y 2017 y a quienes nuevamente visito entre abril y octubre de 2023, esta propuesta explora la economía moral de remesas que estas mujeres (la mayoría adultas mayores y racializadas) envían a sus familias y los efectos que estas tienen en sus vínculos familiares, así como en su propia trayectoria migratoria.
Las remesas tienen dimensiones morales que, aunque se abordan implícitamente en la literatura sobre migración, han sido poco revisadas en los análisis sobre familias transnacionales entre países de América Latina. Tradicionalmente concebidas como un flujo de dinero unidireccional, la realidad de la circulación de remesas y las narrativas de su propósito permiten entrever que su valor social excede los confines económicos y está hoy por hoy mediando muchas relaciones significativas entre personas migrantes y familias de origen, así como también está permitiendo trazar manifestaciones de autodeterminación de las migrantes en relación con el destino del dinero para inversiones personales y de largo plazo en el país de origen, conectando así capacidades prospectivas con dispositivos de inclusión financiera que son usados por ellas para concretar metas personales del proyecto de vida, una práctica usualmente ignorada en la literatura de migración. Retomando el concepto de Singh (2016) de las remesas como una “divisa del cuidado”, en esta propuesta exploro las tensiones inherentes en esta versión de expresión del cuidado, que presenta una nueva gramática de afectos y reciprocidad que está transformando a las familias transnacionales y sus expectativas e ideas sobre la distancia, la permanencia, y el retorno, en la experiencia migratoria.