Los cuidados con un concepto ampliamente utilizado en el ámbito de los estudios de género. Su puesta en valor ha sido uno de los más importantes efectos de la última ola feminista, con aperturas académicas, activistas, comunitarias, de política pública, constituyéndose como un campo en disputa entre miradas de cariz más institucional y otras de sentido más autónomo existentes dentro del movimiento feminista latinoamericano. ¿Qué entendemos por cuidados? continúa siendo un desafío. Mientras tanto, nos gusta la definición de Fisher y Tronto (1990) que propone que es todo lo que hacemos para mantener, continuar y reparar nuestro mundo de manera de poder vivir en él lo mejor posible, distinguiendo al menos tres dimensiones: los afectos y la afectación; lo ético y/o político; y las prácticas materiales. También nos resulta productivo el diamante de los cuidados que aborda Arriagada (2010), en el que señala que éstos se dan en el ámbito familiar, comunitario, estatal y de mercado.
A partir de esta perspectiva se trabajó por medio de producciones narrativas (Galaz y Álvarez, 2020) co-escritas con conjunto con vecinos y vecinas la Población (Barrio) Juan Antonio Ríos de la Comuna de Independencia en la Ciudad de Santiago para problematizar la idea de los cuidados, específicamente comunitarios. Se realizaron 10 producciones narrativas (8 mujeres y 2 hombres) entre los años 2020 y 2021.
Tales relatos se construyen como descripciones llenas de afectos y emociones, que son a la vez posicionamientos críticos y políticos del tema. Destaca en ellos el rol de las mujeres como las principales sostenedoras de los cuidados comunitarios, activando en y desde los espacios que reconocemos como domésticos y hogareños diversas acciones de cuidado hacia el territorio. Los seis grandes temas que surgieron desde ahí desde el entender de quienes participaron fueron: “cuáles son los costos de cuidar para las mujeres”, “cómo se debiera cuidar a quiénes cuidan”, “cuál es el valor de lo comunitario para los cuidados”, “cuál es el rol del estado en los cuidados”, “la masculinidad y los cuidados”, y “la necesidad de una comunidad organizada”.
En ese proceso, la conceptualización del equipo de investigación fue profundizando en aquellos elementos comprendidos como importantes por las y los vecinos para incorporar una mirada de los cuidados situada en los sentidos comunes del territorio. De este modo, la mirada inicial de los cuidados se fue complejizando en la medida en que los encuentros con pobladores exigieron ubicarla en marcos de reflexión propios. De esa forma comienza a destacarse la distinción entre lo doméstico/familiar y lo comunitario como dimensiones interrelacionadas de los cuidados que abarcan distintos ámbitos, incluyendo todas las prácticas comunitarias y autogestionadas de sobrevivencia, organización y conmemoración política. Sobre esa base, el equipo investigativo plantea los cuidados comunitarios como eje colectivo de su conceptualización, definiéndolo como aquellas acciones y prácticas que permiten a las personas existir y organizarse de maneras colectivas con un sentido político.