Los procesos migratorios en América Latina se vienen generando hace años y por distintas razones donde se encuentran los tintes económicos, políticos o familiares entre muchas otras. Si bien mucho se habla de las causas, también existen otros estudios sobre como algunas dimensiones de la vida cotidiana permiten que estos procesos sean más amables de lo que pueden ser, intentando vislumbrar espacios de cercanía, comunidad y de inserción en el nuevo país. Chile no es ajeno a este proceso y las comunidades migrantes son varias. A partir de lecturas e intereses personales, la ponencia busca poder profundizar en el tema de la tesis de magíster, en desarrollo, que vincula la migración y la fe como dos ejes que permiten afianzar y significar los procesos que las personas viven en el día a día. A raíz del trabajo de campo realizado en la Catedral De Santiago de Chile, ubicada en la Plaza de Armas de la capital y lugar donde un gran porcentaje de quiénes acuden son migrantes, se logró ver que existen ciertos ámbitos claves en la forma de vivir la fe de las personas: la materialidad.

El presente estudio busca reflexionar sobre la manera en que la materialidad, el estudio de los objetos sagrados de la Catedral De Santiago, permiten que las personas migrantes puedan apropiarse y vivir su fe en un país externo pero permitiendo una conexión con lo trascendente que se convierte en un eje clave de cercanía con lo que traían desde sus países de origen.
Siendo importante la comunidad misma, pero también viendo el contexto de la institución eclesial, se busca profundizar aún más en el público objetivo y ver como es que las mujeres de esta comunidad venezolana, se relacionan con los objetos sagrados de la Catedral De Santiago, marcando un punto de unión entre sus familias, amigos, conocidos que también acuden al espacio y que participan activamente de ceremonias, procesiones, entre otros ritos característicos de la religión católica.
La reflexión de esta ponencia busca profundizar en el eje de la migración y el parentesco, viendo como a través de la materialidad y la religión, las familias se unen y continúan un proceso de fe que viene desde otras regiones a instalarse en un país que atraviesa una crisis eclesial importante hace algunos años.