Esta ponencia pretende explorar los sueños de antiguos agentes de inteligencia y operativos militares del aparato represivo de la dictadura chilena. Tomando de manera simultánea tanto una dimensión onírica como una aspiracional, contenidas ambas en la polisemia del verbo soñar, propongo situar etnográficamente el presente subjetivo de perpetradores de violencia política y criminales de lesa humanidad en Chile. Al entrelazar las ambiciones y aflicciones contenidas en estos sueños, esbozo acá, por un lado, una teoría sobre el perdurar de la violencia política a la luz de la impunidad de la transición chilena y, por el otro, una reflexión sobre las encrucijadas éticas y políticas que este proyecto ha presentado en su ejecución cotidiana. Por último, reteniendo los sueños que han emergido durante este proyecto, concluyo proponiendo cómo es que la colaboración en la práctica etnográfica puede ocupar un espacio ético a partir de su renuncia —con tal de preservar nuestros propios sueños como etnógrafxs.