En este comunicado discuto sobre las formas en que los jóvenes del pueblo Misak en el sudoeste de Colombia, agencian y resignifican practicas sonoras que involucran la radio, los DJ’s y los grupos de tecnocumbia. En particular, indago junto a los que hacen sonar, categoría nativa que remite a las personas que producen y manipulan el sonido, en este caso, hombres jóvenes. En la experiencia intersubjetiva como antropólogo y músico blanco-mestizo junto a los que hacen sonar investigo las formas de escuchar, sentir y conocer a través del sonido, valorizando los procesos de aprendizaje y el sonido como lugar de conocimiento en relación con las territorialidades superpuestas, los cuerpos y las cosmologías indígenas en la actualidad. Las políticas indígenas, en conexión global, y la gestión sobre los derechos de acceso a las formas de comunicación propia, como la radio, es un punto relevante en los relatos y prácticas de los que hacen de los que hacen sonar Misak. La radio ocupa un lugar privilegiado en la producción de una acustemología Misak, como mostraré al trazar la trayectoria de esta emisora, se trenza con las trayectorias de jóvenes entusiastas por la producción sonora donde es posible percibir una red de alianzas que conglomeran materialidades que son ensambladas para dar sentido a la experiencia social de la radiodifusión. Estos ensamblajes son articulados promoviendo políticas de la transgresión que desafían las formas estéticas hegemónicas y de producción radial. Presento parte de los resultados de una etnografía que se soporta con un trabajo de campo realizado en el Cauca, en varios periodos durante 2018 y 2022, y a la distancia, mediado por la comunicación digital. Aquí, las prácticas sonoro-musicales, las formas de escucha y la relación con el sonido es un puerto para acceder a las experiencias sensoriales que se producen en la actualidad. De ese modo, algunos jóvenes Misak agencian sus corporeidades y vocalidades, con diversas habilidades y el dominio de diversas tecnologías sonoras para subvertir tales estereotipos, construyendo formas actuales de indigenidad. Finalmente, sugiero la noción de formaciones tecno-sónicas como una forma de interpretar las fricciones sonoras, inmersas en las redes de prácticas sónico-musicales, mediante la etnografía.