La ponencia, a modo de ensayo literario y como ejercicio de registro etnográfico, reflexiona acerca de la importancia del sabor y la memoria colectiva en el contexto de las infancias indígenas contemporáneas en el Chaco Salteño. Al mismo tiempo, cuestiona la falta de reconocimiento de esta dimensión afectiva en las políticas alimentarias y de salud.
El trabajo se basa en una experiencia vivida durante un taller de formación con docentes wichí y académicos, donde se discute la presencia histórica del quirquincho en la dieta tradicional de la comunidad y cómo su desaparición se relaciona con el avance de la frontera sojera y los desmontes en la región. A través del análisis de esta experiencia, se examina cómo, en medio de la declarada emergencia sociosanitaria y alimentaria en tres departamentos de la región chaqueña de Salta, la atención hacia la desnutrición en la población infantil indígena se enfoca en aspectos clínicos y biomédicos y se minimiza la dimensión afectiva del sabor y la relevancia de las memorias culinarias en la construcción de la identidad y la pertenencia étnica.
En relación con esto último, se plantea cómo la falta de reconocimiento del sabor y la experiencia culinaria en las políticas alimentarias y en las intervenciones de los servicios de salud afecta la transmisión de conocimientos relacionados con la alimentación y vulnera los derechos fundamentales de las comunidades indígenas.
A modo de conclusión se subraya que el sabor no solo se limita a proporcionar nutrientes físicos, sino que también enriquece con conocimientos, saberes afectivos y actitudinales, contribuyendo a la formación de la identidad y la pertenencia a los tejidos sociales. Por lo tanto, la carencia de reconocimiento del gusto y de las experiencias alimentarias en las intervenciones que construimos para mejorar los indicadores de desnutrición en las infancias indígenas contemporáneas puede conducir al desarraigo y a la pérdida de vínculos con la cultura y el territorio.