En el presente trabajo nos proponemos reflexionar y compartir interrogantes con respecto a nuestras experiencias de trabajo de campo con el Grupo de Estudios de Memorias Alterizadas y Subordinadas (GEMAS) y experiencias propias desarrolladas en contextos de marginalidad en territorios comprendidos en Norpatagonia. En particular, nos interesa enfocarnos en corporalidades políticas que se inscriben en contextos de violencias que no sólo se ven despojadas, desplazadas de sus territorios y fraccionadas, sino que, a su vez, construyen relaciones y estrategias de agenciamiento individuales y colectivas.
Creemos pertinente el abordaje de estos procesos desde un enfoque de la antropología del cuerpo y antropología de las violencias que nos permita analizar a las corporalidades en contextos de luchas, resistencias y conflictos como escenarios políticos. A su vez, el enfoque es desde el análisis interseccional que tiene en cuenta el estudio de las articulaciones entre los clivajes de género, étnico, socioeconómico y etario que operan en la construcción de subjetividades y trayectorias de “aboriginalidad” encarnadas en los cuerpos.
Asimismo, teniendo en cuenta a las memorias como herramienta política, entendemos que se despliega un doble movimiento. Por un lado, procesos de los cuerpos que expresan arenas de disputa y de violencias en distintos niveles y desde diferentes interseccionalidades. Y, por otro lado, observamos que implica procesos de resignificación y agenciamiento sociocultural y político. Decidimos colocar el foco en los contextos, en las prácticas y en las afectividades de las trayectorias particulares situadas en contextos de marginalidad.
Entendemos que la producción de etnografías de las violencias es una herramienta fundamental en contextos de urgencia en el Norte patagónico. Es por ello que, desde un abordaje antropológico, tenemos la intención de aportar experiencias y reflexiones propias sobre las conflictividades que acompañamos desde estos territorios, con el fin de enriquecer a las reflexiones sobre las prácticas antropológicas y a la sensibilidad de la academia.