A partir de la sanción de la Ley Nacional de Salud Mental (2010) y el Plan IACOP (2014), se puso en marcha la implementación de “dispositivos territoriales” de abordaje de los consumos problemáticos por parte de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar) en cogestión con organizaciones de la sociedad civil, proponiendo una mirada afín al paradigma de derechos humanos frente a las políticas prohibicionistas y abstencionistas hegemónicas en Argentina. Las Casas de Atención y Acompañamiento Comunitario (CAAC) surgieron en 2014 como parte de estos dispositivos territoriales, en articulación con organizaciones eclesiales, pero pronto también se incluyeron dentro del Programa algunas organizaciones sociales, como el Movimiento Evita, Barrios de Pie y el Movimiento Popular Darío Santillán, entre otras.
Este trabajo se centra en una CAAC de un barrio del conurbano bonaerense sur gestionada por la organización social Barrios de Pie. Se propone analizar situadamente el modo en que ciertos “saberes militantes” propios de las organizaciones relacionadas con el movimiento de trabajadores/as desocupados/as y luego con la “economía popular” en Argentina, se ponen en práctica en la atención por consumos problemáticos de drogas, a la vez que se articulan con otros saberes del campo, y cómo desde allí se producen modos de tratar específicos, que imprimen su singularidad en la implementación del abordaje comunitario de los consumos problemáticos de manera local.
El análisis de estos modos locales de implementación se realiza desde un enfoque antropológico de las políticas públicas, que busca exceder visiones normativas y preguntarse por el funcionamiento y la forma en que efectivamente se encarnan las políticas públicas. Cobra interés cómo las políticas son formuladas, disputadas y adaptadas localmente a la vez que se torna central analizar cómo se constituyen los sujetos políticos en el proceso mismo de configuración de la política pública. Como hipótesis, se sostiene que las experiencias y trayectorias de lucha en diversos campos sociales y espacios comunitarios que poseen las organizaciones sociales, sedimentan una serie de saberes, prácticas, modos de hacer y formas de relacionarse con el Estado a lo largo del tiempo que se adaptan y (re)actualizan en la implementación de nuevas políticas, en este caso, la gestión de espacios comunitarios de abordaje de los consumos. En este punto, antes que pensar una política que “baja” a los sectores populares, interesa explorar las porosas fronteras entre Estado y sociedad civil, donde se producen cotidianamente las políticas.