En esta ponencia quisiéramos cuestionar lo que a nuestro juicio son algunas interpretaciones simplificadoras sobre el “settler colonialism” (Burow, Brock y Dove, 2018) ya que, inspiradas en el denominado giro “ontológico”, tienden a reificar las distinciones entre naturaleza/cultura y colonos/población nativa. El principal problema de tales visiones es la simplificación o desconocimiento de las complejidades de los procesos históricos ocurridos durante los procesos de colonización de la norpatagonia chilena, específicamente en Cochamó, en la región de Los Lagos. Buena parte de la literatura antropológica tiende a subrayar la visión supuestamente instrumental que establecen los colonos con las entidades otras-que-humanas, sin embargo, muchas veces los procesos de desplazamiento y desposesión que sufrieron lo pobladores que colonizaron Cochamó, sin ser poblaciones identificadas con minorías étnicas, han sido sectores campesinos subalternizados críticas de las visiones economicistas y extractivistas de las grandes explotaciones e industrias extractivas que afectan su territorio.
Por el contrario, de acuerdo con los datos etnográficos producidos durante nuestro trabajo de campo entre 2021 y 2023, pudimos atestiguar la complejidad de prácticas y afectos que los colonos de Cochamó manifiestan hacia su territorio y con seres otros-que-humanos. En este sentido, planteamos una lectura del paisaje que se matiza las visiones fenomenológicas (Ingold, 1993) para subrayar cómo las relaciones afectivas de los colonos con su territorio y entorno muchas veces son condicionadas y posibilitadas por procesos políticos e históricos que responden a escalas de carácter regional, nacional e internacional, sin por ello disminuir ni atentar contra su autonomía cultural. Consecuentemente, planteamos la necesidad de problematizar las nociones de paisaje incorporando un análisis multiescalar y basado en la economía política, pensando en cómo las nociones de paisaje, además de estar asociadas a nociones de memoria y las prácticas, son indisociables de procesos políticos implicados en relaciones de poder insertas en distintas escalas geográficas (Hoefle, 2006).
Consecuentemente, plantemos que los procesos de territorialización y de construcción del paisaje en Cochamó han estado enmarcados en distintos modos de producción económica que, no obstante, han incitado diferentes respuestas, críticas, y estrategias adaptativas de acuerdo con sus motivaciones y deseos basados en ideas comunitarias y de reciprocidad que se oponen a las abstracciones del espacio (Lefebvre, 2013). En este sentido, planteamos según las propuestas teóricas de los “spatial fix” (Harvey, 2001) y lecturas contemporáneas de la antropología del valor (Graeber, 2013; Gregory, 1998; Kaalb, 2016), que las nociones de territorio y paisaje de los pobladores de Cochamó conjugan visiones fenomenológicas enmarcadas en procesos multiescaleres y de economía política que dan cuenta de actitudes críticas frente a la explotación instrumental de los recursos naturales.