“El pueblo de Dios” intenta retratar las relaciones entre distintos cultos religiosos de un barrio popular del conurbano bonaerense. En la triada que constituyen las relaciones entre la Iglesia Católica, una iglesia evangélica y el santuario del “Gauchito” Antonio Gil se refleja una convivencia que oscila entre la armonía y la tensión entre los distintos actores de la comunidad de Villa Rosa (Pilar) que disputan por la apropiación del espacio y por sumar más fieles a sus filas. Si bien entre la Iglesia Católica y la evangélica se evidencia cierta convivencia forzada, las relaciones para con el santuario del santo popular son disímiles, evidenciándose una mayor cercanía entre los católicos y los devotos del Gauchito Gil que se consideran parte de un mismo universo religioso, y un mayor rechazo entre estos últimos y los evangelistas. A través de un recorrido por las ceremonias de cada espacio religioso y de las voces de quienes dirigen estos espacios, se busca contar cómo se vive la fe en un barrio popular.