La figura del ‘desierto’ como aquello que está despoblado y desprovisto de vida, de cultura o de socialidad atraviesa la geografía política de América Latina. En Argentina, por ejemplo, el gran relato nacional construido desde finales del siglo XIX tuvo al ‘desierto’ y a la ‘barbarie’ —entendidos como aquello que imperaba más allá de las fronteras norte y sur y caracterizaba a los indígenas que vivían allí— como tropos centrales.
Allí, el desierto fue conceptualizado como un espacio intrínsecamente contrapuesto y perjudicial para la ‘civilización’, algo que se verifica igualmente en la construcción literaria del semiárido brasileño como sertão o como una región en su mayoría despoblada que atentaba contra el desarrollo del país. Las matanzas indígenas en las primeras décadas del siglo XIX en la Amazonía brasileña también han sido leídas como producto de una ideología que entendía esta zona como desierta de humanidad y plagada de salvajismo. Asimismo y para la misma época, en México se dictaron una serie de leyes que indicaban la necesidad de vender y reorganizar las tierras indígenas, consideradas como ociosas, es decir, vacías de sujetos emprendedores y, por tanto, contrarias al progreso. Más allá de las particularidades de cada uno de estos casos, en todos ellos se evidencia la asociación entre lo desértico y lo desprovisto de vida biológica y/o social, y a todos ellos subyace la idea de que esta situación sólo puede modificarse mediante un adecuado despliegue tecnológico y científico y una correcta administración de estos espacios.
En efecto, desmontes, monocultivos, ganadería intensiva, construcción de represas, prospecciones petrolíferas, instalación de paneles solares y torres de energía eólica son algunas de las formas en que la lógica extractivista fue introduciéndose en el último siglo en diversos territorios considerados desérticos para volverlos materialmente útiles, iniciativa que, paradójicamente, según ciertos discursos conservacionistas, ha producido, en nombre del progreso, desiertos, es decir, lugares opuestos a las condiciones naturales de vida. Contra estos diversos procesos de desertificación y vaciamiento, en este simposio queremos profundizar comparativamente en distintas conceptualizaciones nativas de los ‘desiertos’. Buscamos, específicamente, ver cómo y hasta qué punto las ideas y prácticas cotidianas de quienes habitan estos territorios tensionan la distinción entre la vida y la no-vida y el vacío y la abundancia que están dadas por sentadas en otro tipo de teorizaciones. Nos interesa conocer experiencias de trabajo etnográfico con pueblos indígenas y campesinos (aunque no solo) que nos permitan explorar las otras caras de estos denominados ‘desiertos’ describiendo cómo dichos territorios y sus habitantes pueden irrumpir con fuerza proponiendo otros horizontes cosmopolíticos que tensionan las teologías del progreso y del desarrollo.