El turismo está constituido por un conjunto de actividades económicas, infraestructuras, prácticas y culturas articuladas a escala global gestionadas y desarrolladas desde las grandes metrópolis, penetrando hasta en las más recónditas y pequeñas comunidades del mundo, dando lugar a diversos fenómenos culturales, políticos, demográficos y socioeconómicos. El desarrollo del turismo imprime particularidades específicas a cada lugar como resultado de las dinámicas e interacciones llevadas a cabo entre diversos agentes con disímiles intereses y poder ligados a los procesos de mercantilización de los territorios propios del avance de esta actividad. La turistificación global, así, abarca una compleja red multiescalar que incluye sistemas de comunicaciones y transportes, cadenas hoteleras, redes aéreas, terrestres, marinas y fluviales que facilitan la movilidad hacia los destinos. Se suman también las agencias y operadores de viajes, hospedajes, restaurantes y pequeños emprendimientos que proliferan en torno a zonas consideradas atractivos turísticos como parques arqueológicos, naturales, museos, pueblos rurales, espacios culturales, prácticas sociales, fiestas y celebraciones, barrios populares y todo aquello que pueda considerarse turistificable según las valoraciones sociales cambiantes que hacen posar “la mirada del turista” en cada vez más variados espacios a mercantilizar.
En un contexto en el que los territorios de Latinoamérica y del Caribe están siendo sometidos a diversas prácticas productivas extractivistas (megaminería, explotación hidrocarburífera, agronegocios y obras de infraestructura para su desarrollo como represas, parques energéticos, etc.) impulsadas por capitales transnacionales, se genera una fuerte competencia territorial por los mismos espacios que pretenden ser turistificados, colisionando eventualmente con las expectativas y nociones de desarrollo de la comunidad local y entre los diversos sectores productivos entre sí, expresándose en tensiones y conflictos. Por otro lado, en espacios litorales de la región con presencia de playas, proliferan también megaproyectos turísticos extractivistas que siguen las lógicas del capital, derivando en transformaciones territoriales que afectan a diversos sectores de la población local vulnerabilizando sus derechos laborales, ambientales, de uso de su propio territorio para actividades económicas, productivas, rituales o de recreación; o propiciando procesos de gentrificación; pérdida de la memoria colectiva entre otros. Estas situaciones desencadenan diversas respuestas de las comunidades locales que despliegan creativas estrategias como proceso de resistencia que será necesario identificar, analizar y discutir. Asimismo, se reconoce que en el turismo no solo participan los grandes capitales, sino también propuestas comunitarias que apuestan a un turismo más horizontal o democrático, incluyendo comunidades locales -urbanas o rurales-, que realizan enormes esfuerzos por participar y beneficiarse de esta actividad que es menester conocer y estudiar .
Este simposio tiene el propósito de compartir conocimientos y experiencias del turismo que, desde una perspectiva crítica, permitan construir una mirada antropológica situada que ponga de relieve las conflictividades presentes en distintas realidades propias de nuestra región.