Autora: Maria Eva Routier
Editorial Prohistoria
Lugar de publicacion: Rosario, Santa Fe, Argentina
Fecha de publicacion: 2022
El libro “Acá hay escuela. Experiencias de escolarización secundaria de jóvenes y adultos en unidades penitenciarias de Santa Fe” se propone, desde una perspectiva socio-antropológica, indagar las experiencias educativas de jóvenes y adultos varones privados de su libertad en unidades penitenciarias de la provincia de Santa Fe, en relación con el conjunto de experiencias vividas en prisión. Allí, Routier relata, describe y analiza las características y dinámicas que asume la educación formal de nivel secundario en contextos de encierro, fundamentalmente, tras el cristal de los sentidos, prácticas y discursos producidos por los estudiantes detenidos. Una trama imposible de comprender sino en la constante negociación -y tensión- entre escuela y prisión, introduciendo una mirada que desmonta los lugares otorgados “en el papel” (Bourdieu, 1984) a ambas instituciones. Es en la interrelación concreta, real, de instituciones que en sus orígenes compartieron la pretensión moderna de corregir anormalidades, el libro logra producir una síntesis explicativa de cómo la escuela y la prisión conviven entre armonías y conflictos, adaptaciones y resistencias, en un entre donde los sujetos van construyendo sentidos, reapropiando discursos, desplegando prácticas, moldeando -casi artesanalmente- sus experiencias educativas y carcelarias. Situando su mirada en dos escuelas secundarias de dos cárceles de la provincia de Santa Fe (la UP n° 1 de Coronda y la UP n° 3 de Rosario), el relato constituye una descripción densa de cómo se constituye un espacio áulico en el encierro, en el marco de múltiples condiciones y condicionamientos dispuestos por una agencia penal como la prisión.
El trabajo reconstruye cómo, aun en estos escenarios, donde los procesos escolares no están al margen de los mecanismos clasificatorios y la distribución de premios y castigos propios de la dinámica prisional, los estudiantes interpelan fuertemente a la escuela como un ámbito de sociabilización, aprendizaje y producción de promesas de futuro. Así, luego de traspasar distintas fronteras materiales y simbólicas para acceder diariamente a clases, en sus experiencias, el encierro se configura, de modo paradójico, como un espacio/tiempo en el que se gestan procesos de inclusión educativa.