Ponencia

Trayectorias escolar-educativas en marcos de migración, desigualdad educativa y urbana. Ciudad de Buenos Aires, 2016-2019.

Parte del Simposio:

SP.31: Procesos educativos en contextos de migración y desigualdad. Experiencias formativas, identificaciones y relaciones generacionales

Ponentes

María Rosa Privitera Sixto

Universidade de Buenos Aires

Argentina

En línea con estudios que confrontan la idea de recorridos aislados o estructurados linealmente por los aportes (“culturales”, “afectivos”, “materiales”) del entorno próximo-familiar, y que señalan la imposibilidad de definir de antemano el entramado que sostiene a las trayectorias educativas, este escrito recupera trabajo de campo realizado entre los años 2016-2019 en un apoyo escolar ubicado en un fragmento de la ciudad de Buenos Aires considerado epítome de la segregación residencial propia de las metrópolis latinoamericanas. Lejos de romanticismos, se analiza un trabajo cotidiano que, en los márgenes del Estado, se comprende mejor como parte de tradiciones en disputa y negociación, con una profundidad histórica que territorialmente supera la esperanza del retorno a la democracia. Pero que también requiere de ayudas domésticas y alimenta ayudas entre quienes son cercanos desde el punto de vista generacional y espacial. Puntualmente se aborda la experiencia y confluencia del “salir” y “entrar” de desiguales actores sociales, quienes tensionan a través de sus participación en el apoyo escolar, expectativas de distinción e igualdad. La relevancia de atender a esta confluencia y sus fermentos, se plantea de cara a la documentada segregación de los colectivos migrantes de países limítrofes, que invita o bien a observar el vínculo entre éstos y el espacio urbano haciendo foco en la construcción de espacios “entre nos”, o bien en la conflictividad de los vínculos entre nativos y migrantes. Así, por un lado se analiza la articulación de los sentidos, mandatos y expectativas de estudiantes de nivel secundario y sus familias migrantes (mayormente bolivianas), que intentan responder de modo activo y no victimizante a las demandas de inclusión que sostiene la escuela, tanto como fermentar su heterogeneización en tanto que habitantes de “la villa”: con su presencia, incluso a lo largo de años, validan un “esfuerzo” por sostener un rol social a partir del cual habitar legítimamente la juventud de manera positivizada, esto es, ser estudiantes por contraposición a “los vagos”, “los chorros”, “los que se drogan”, en breve, “los villeros”. Y por otro lado, se atiende a los que sostienen la presenica de quienes modelizan el afuera exitoso (desde el punto de vista de las credenciales académicas alcanzadas y el lugar de residencia), y buscan “entrar” a “la villa” con miras a ejercer su “intervención” y restituir la promesa moderna de la escuela, al tiempo que romper con la endogamia de su circulo social y saber acerca de “la realidad”. Por último, esta confluencia habilita y legitima un movimiento de triangulación de ayudas-reconocimientos más allá de la relación diádica entre quienes buscan ayudar y quienes buscan ser ayudadas. Todos estos elementos articulan modos de estar relacionados en, contra y fuera de “la villa”.