A partir del inicio del siglo XXI el modelo de desarrollo del Ecuador adquirió una postura neo extractivista enfocándose en la explotación extractivista del territorio amazónico, como la fuente principal de los recursos destinados a financiar el desarrollo nacional, así como el espacio prioritario en donde se materializará ese desarrollo mediante el establecimiento de servicios, vialidad e infraestructuras urbanas. De esta manera, lo que hasta hace pocas décadas era considera un espacio “vacío” carente de manifestaciones del desarrollo, ahora se presenta como uno de los principales focos de crecimiento económico y poblacional del país.
En este escenario, las ciudades amazónicas de Tena y Archidona (provincia de Napo) experimentaron un enorme crecimiento poblacional y geográfico como resultado de las inyecciones de capital transnacional extractivista ante la concesión de territorios para la explotación minera en las periferias de estas. Las mencionadas profundas transformaciones dejaron en evidencia diversas problemáticas sociales, políticas, económicas y ambientales que condicionan las formas en que las poblaciones migrantes periféricas y marginadas que han llegado a estas ciudades, construyen su hábitat y sus territorialidades en relación con un fenómeno espacial específico: los territorios de sacrificio.
Comprendemos como “territorios de sacrificio” a los espacios geográficos que son despojados de sus valores sociales y ambientales, para responder a las demandas económicas y/o de planificación del gobierno y los actores transnacionales. Este es el caso de un territorio perteneciente al cantón Tena y limítrofe con la ciudad de Archidona, que es utilizado paralelamente como: vertedero de basura, planta de faenamiento de animales y un cementerio. Alrededor de estos espacios “residuales” ha surgido toda gama de actores (endógenos y exógenos) que impulsan procesos de expansión urbana y articulaciones económicas, comerciales y sociales alrededor tanto respecto al uso de los residuos, como frentes de denuncia medio ambiental en contra de este territorio de sacrificio.
Desde la perspectiva de la antropología del desarrollo, la presente ponencia busca analizar la pertinencia y potencialidad de aplicar la teoría del contra-desarrollo para visibilizar y valorizar los conocimientos y prácticas llevados a cabo por los trabajadores de la planta y la asociación de recicladores del vertedero, como mecanismos legítimos en la producción del espacio urbano y un medio para constituir formas de desarrollo alternativo basados en las capacidades de gestión y capacidades de los actores locales.