Si bien el interés antropológico en abordar las problemáticas en torno a la conservación en áreas protegidas es reciente, su atención ha crecido en paralelo con la preocupación social y mediática que ha recibido. Esto se debe a las consecuencias políticas y sociales que derivan de las problemáticas que se desprenden de las relaciones entre áreas protegidas y comunidades locales.
Algunos de los temas clave que la antropología de la conservación aborda son los conflictos y tensiones que pueden estar relacionados con la restricción de acceso a tierras y recursos, la pérdida de medios de subsistencia tradicionales y la marginación de las comunidades locales en la toma de decisiones.
El “Parque Provincial de la Araucaria”, se encuentra al noreste de la provincia de Misiones en el departamento de San Pedro, de carácter urbano tiene una extensión de 92 hectáreas, y se destaca por la conservación de la especie arbórea “Araucaria Angustifolia”.
El área donde se estableció el Parque de las Araucarias previamente estaba habitada por comunidades que tuvieron que ser reubicadas, dando lugar a la creación de barrios cercanos donde se establecieron los antiguos habitantes de la zona. Estos residentes, ahora vecinos del parque, tienen recuerdos de cómo solían utilizar el espacio para recolectar hierbas para hacer escobillones, buscar hierbas medicinales, entre otras actividades. La percepción que estos vecinos tienen del espacio y la naturaleza, a la que llaman “monte”, contrasta con la visión que maneja la administración del Parque de las Araucarias, que se centra en la preservación sin intervención humana y considera a las comunidades locales como ajenas al entorno natural.
El conflicto que tratamos aquí expone discursos antagónicos sobre cómo hacer uso del espacio que forma el aérea de reserva. Para analizar el caso hacemos uso de la tipología de conflictos territoriales dentro de un área de reserva trabajada por Arach y Ferrero, en la cual distinguen tres tipos; de carácter residencial, por acceso a los recursos y por competencia.
Es así que, concebimos al conflicto desde su carácter productivo el cual participa “en la construcción de nuevos ordenes de problemas, transformándolos en problemas públicos, y estableciendo nuevos horizontes de sentido” (Arach y Ferrero et al., 2021).
En esta aproximación etnográfica observamos que la creación del Parque Araucaria parte de un conflicto debido a la relocalización de quienes vivían previamente en ese espacio. Actualmente no es visto por estos ex residentes como un espacio de disfrute o recreación sino un lugar que “no se puede ocupar”, donde la relación más cercana que tienen con el parque es debido a que el fondo de las casas colinda directamente con el parque, debido a la nula existencia de un área de amortiguamiento.