El presente resumen pretende dar cuenta de los avances en la estructuración y redacción de tesis doctoral, en el que se identifican tres grandes dimensiones temáticas a partir de las cuales se aborda el problema de la conflictividad territorial y los procesos de adscripción identitaria de los pueblos huarpe de El Encón. Estas dimensiones son: Conflictividad, Territorio e Identidad, que se entrecruzan y complejizan lo observable en cada una de esas intersecciones. La propuesta se da desde un enfoque cualitativo que utiliza como técnicas de construcción de datos, la historia de vida, historia oral y entrevistas etnográficas.
Partiendo de la pregunta: ¿Cómo se relaciona la conflictividad por el territorio y la significación otorgada a los mismos con la configuración/adscripción identitaria de los pueblos huarpes originarios? Es que se ha ido tejiendo puentes disciplinares entre la sociología, la geografía simbólica y la etnografía colaborativa.
El primer concepto que se pone en tensión es el de territorio. El territorio se encuentra estrechamente relacionado con la configuración identitaria de los pueblos. Es el soporte y la unidad de la comunidad, hay entre ambos una coherencia y una simetría, ya que en ese espacio común se inscriben usos tradicionales, costumbres y memoria.
En el caso de los territorios para las comunidades huarpe podemos pensarlo como un territorio en constante tensión entre la propiedad privada, la concepción de bien común y el uso comunitario del mismo, donde las prácticas son contradictorias con los niveles territoriales que los atraviesan. Donde los niveles de: territorios de ciudadanía y transterritorios, poseen una concepción sobre uso y propiedad opuesto a la de los pueblos originarios.
Katzer (2019) sostiene -de la mano de la genealogía de Derridá- que pensar el territorio también supone pensar en las huellas y/o marcas que dejan las exclusiones, a partir de lo que sucede, pero no acontece (conflicto/no lucha). En este aspecto resulta muy interesante poder reflexionar acerca de lo espectral como una figura presente/ ausente como es el caso de las comunidades huarpe. Dichas comunidades son visibles como corporalidad pública (Katzer 2011) se hacen presentes ante determinadas circunstancias, pero a su vez permanecen ausentes en el espacio considerado como centro -que está asociado a una imagen de la geografía clásica-. Estos aspectos se ligan en la identidad étnica territorial, ya que las comunidades son reconocidas, es decir se corporizan a través de la personería jurídica, pero su territorio permanece aún espectral. Por lo tanto, existe la permanente e inminente posibilidad de que se presenten conflictos por el mismo.
El conflicto por el territorio, se encuentra homólogamente ligado a la configuración identitaria de las comunidades. E indagar en las luchas territoriales, nos habilita a indagar en las luchas solapadas, que actualmente expresan una lucha por el agua.
Este último aspecto permite (re) pensar “lo común” (Katzer, 2014, 2019) en función de la conflictividad territorial que encubre las luchas y la conflictividad por el agua y también las huellas que perviven en función de su presencia/ausencia.