Este trabajo pretende reflexionar en torno a las actividades educativas dirigidas a diferentes públicos en instituciones museísticas de Uruguay a partir de la experiencia de la autora como educadora en museos y arqueóloga.
Las actividades de difusión de la antropología y arqueología en el ámbito museístico muchas veces dejan un sabor agridulce en quienes las realizan dada la desigual relación entre, por un lado el éxito y las gratificaciones de los resultados obtenidos, y por el otro, la valoración de la labor de quienes llevan adelante estas tareas.
En este trabajo se discuten los desafíos a los que guías, talleristas o mediadores de museos (quienes generalmente son antropólogos/arqueólogos o estudiantes de ambas disciplinas) enfrentan diariamente en su trabajo de difusión de la antropología y la arqueología. Dichos desafíos son muy diversos, entre ellos se encuentran temas de precarización laboral y de propiedad intelectual; como así también de salud laboral ya que es una intensa actividad (muchas veces desgastante) que requiere de la implementación de diversas estrategias comunicativas para el abordaje de diferentes públicos. Todas estas cuestiones antes mencionadas transcurren en paralelo con el ejercicio de reflexionar acerca de la antropología y la arqueología como profesiones.
Puede observarse la existencia de una brecha entre, por un lado, la preparación de estos trabajadores con formación específica sobre las disciplinas y recomendaciones prácticas para llevar adelante la actividad, y por otro lado, la realidad de la labor educativa que va más allá de los conocimientos particulares en la materia. En la práctica diaria los trabajadores de museos funcionan como un catalizador de miedos, estereotipos de clase, género y raciales, de temas identitarios y de sucesos históricos contemporáneos como guerras e inmigración, que los participantes traen consigo mismos, sobre todo los escolares.
Más allá de la importancia de la labor de los guías, talleristas, educadores o mediadores de museos, estos siguen teniendo un estatus no preponderante dentro de dichas instituciones y dentro de la sociedad en general en comparación con otros agentes educativos del ámbito formal, por ejemplo maestras/os y profesores. En este sentido se proponen algunas alternativas para enfrentar los desafíos existentes con el objetivo de revalorizar la importancia de esta labor, que además de su aporte como difusor de disciplinas específicas, brinda herramientas para entender el mundo más allá de la actividad concreta desarrollada, a la vez que cubre vacíos conceptuales y temáticos de la educación formal.