En esta ponencia me detengo a analizar prácticas y habilidades vinculadas al manejo de granjas porcinas en el territorio cordobés, deteniéndome los cambios tecnológicos que fueron incorporándose en los establecimientos que cuentan con un sistema de gestión empresarial avanzado. En particular me interesa la reconstrucción nativa de mujeres (productoras, operarias y veterinarias) sobre su manera de entender las transformaciones técnicas dentro del sector durante las últimas décadas, y la incidencia en su incorporación -reciente- en la porcinocultura.

En Argentina la producción porcina históricamente se ha desarrollado en forma complementaria a la agricultura con estrategias basadas en diversificación de riesgos e ingresos y transformación de grano en carne. Aunque son animales que se adaptan bastante bien a diversos climas, se destaca su concentración principalmente en la región pampeana, con más del 60% del stock de porcinos concentrados en las provincias de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe. En particular en la provincia cordobesa se destaca su producción en el sur (departamentos de Río Cuarto, Unión, Marcos Juárez y Juárez Celman). La cadena de producción primaria se encuentra integrada por establecimientos productores de genética, granjas de cría, recría e invernada, que se encargan de la terminación de los capones. Las modalidades productivas son variadas y van desde la producción de subsistencia hasta la producción con alto grado de tecnificación, dimensión que se fue profundizando en las últimas décadas.

Para este trabajo me detengo en aquellas granjas que cuentan con un sistema de gestión empresarial avanzado (utilización de material genético mejorado, planificación de la producción junto con la aplicación de planes sanitarios bajo asistencia técnica; sistematización de operaciones en sistemas de software, entre otras). La introducción de la fuerza de trabajo femenina en distintas actividades dentro de las granjas viene ganando preponderancia en los últimos años, manifestándose no solamente en el último Censo Nacional Agropecuario (2018), sino también en relevamientos realizados por las asociaciones del sector. Uno de los puntos que algunas productoras remarcan, refieren a los cambios tecnológicos que permiten ahora una manipulación más rápido y eficaz de los porcinos, sin tener que recurrir a la fuerza física, que implicaba aparentemente un problema para los cuerpos femeninos. La porcinocultura se convierte así en una actividad que es “apta para las mujeres”, aunque siga siendo fuertemente dominado por la presencia de masculinidades.

Esta ponencia retoma inquietudes de mi investigación doctoral en Ciencias Antropológicas, en la cual analicé la configuración histórica de experiencias formativas ligadas a saberes técnicos y asociativos de empresas familiares en diferentes regiones de Córdoba. En esta oportunidad retomo observaciones en granjas (Carnerillo) y entrevistas realizadas: a productor*s, operari*s y ex productor*s de porcinos en Córdoba; veterinary*s que trabajan en los establecimientos; informantes clave de medios de comunicación (Infopork); así como análisis de documentos de revistas técnicas de divulgación del sector (Revista Porcinos).