En la presente ponencia me interesa comparar dos pequeños municipios del sur del Estado de México que experimentaron un acceso diferenciado al recurso hídrico. En el caso del municipio de Malinalco, el Centro Histórico y dos comunidades cercanas han pasado por un agresivo proceso de gentrificación, que segrego a la población local a través del mercado de suelo entre la década de los noventa del siglo pasado y el presente. De hecho, en las cercanías al centro se instaló un Club de Golf muy exclusivo. No obstante, este proceso opero de manera más lenta en barrios y comunidades donde sus habitantes se organizaron en Asociaciones Civiles, constituidas ante un Notario Público, para administrar el agua y a través del control de este recurso pudieron resistir a las presiones de los representantes de las elites nacionales como Jaime Serra Puche, ex secretario de Hacienda, Guillermo Ortíz, exgobernador del Banco de México, Claudio X. González ex presidente de la Fundación Cultural Televisa y el accionista más importante de Kimberly Clark de México, Sergio Bolaños Quezada, trabajador de Petróleos Mexicanos, Saúl Stepensky, José Luis Sánchez Pizzini, concuño del ex presidente de México Miguel de la Madrid Hurtado y desarrolladores inmobiliarios de alto nivel, entre otros más. En este caso los habitantes del municipio a través del control del agua lograron frenar el proceso de gentrificación e incidir en las voluntades de desarrolladores inmobiliarios, especuladores del suelo y eventuales compradores. El segundo caso corresponde al municipio de Ixtapan de la Sal, un lugar en el que se desarrollo el turismo desde la década de los cincuenta del siglo pasado y que generó muchos incentivos para la inversión de sectores muy poderosos. Este municipio cuenta con aguas termales que generan mucho interés entre los visitantes. Ahora bien, como es de suponerse una industria como el turismo demanda mucha agua para mantener siempre atractivas las áreas verdes, mantener limpias las albercas y en el presente todas las actividades asociadas a los SPA. En este hermoso lugar desde los años cincuenta del siglo pasado se instalaron hoteles muy exclusivos como el Hotel Ixtapan de la familia San Román, que desde ese tiempo y hasta el presente ha sido de la preferencia de visitantes judíos norteamericanos; pero con el paso del tiempo también han llegado hoteles, hostales y casas de huéspedes para todos los bolsillos. En la década de los noventa llegaron nuevas firmas hoteleras como una cadena local que ha operado en el corredor industrial Lerma-Toluca: los Hoteles Del Rey, pero también el ex gobernador de esta entidad instaló un hotel muy exclusivo con grandes tareas verdes, albercas y SPA. Lo interesante es que estas nuevas cadenas no aguantaron las presiones de la familia San Román con base en el control del agua y terminaron por vender el primer hotel a la cadena Marriot y el segundo a la cadena Camino Real. Como veremos en estos dos casos el Estado mexicano ha jugado un papel central en la reconfiguración del acceso al agua y el ejercicio del poder.