En el 2022 la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga – CDMB, autoridad ambiental regional del nororiente de Colombia, inició la construcción de una estrategia participativa de conservación, manejo y uso de la biodiversidad para su jurisdicción. Para ello contrató a un equipo conformado de la Universidad de Santander y la consultora ambiental Biótica consultores, quienes contaron con profesionales en biología, hidrología, ciencias sociales, entre otros, y quienes fueron los garantes de la participación de las comunidades locales en el proyecto.
Lejos de una propuesta aislada, el objetivo de este plan se enmarca en una serie de políticas nacionales y acuerdos internacionales que han trazado como prioridad el ordenamiento territorial ambiental del país. Sin embargo, aunque es explícito su carácter participativo, los diferentes actores involucrados su formulación: comunidades locales, investigadores, consultoras y autoridades ambientales; tienen perspectivas e intereses distintos con relación a la participación, que agencian de maneras diversas. Estas perspectivas e intereses se superponen en un contexto de pugnas y tensiones de décadas, generando un constante cuestionamiento sobre la representatividad y la idoneidad con los escenarios participativos y los alcances y efectos del plan de manejo.
La jurisdicción de la CDMB puede dividirse en tres grandes áreas con actores y dinámicas distintas: la cuenca alta asociada a la montaña andina, el área urbana ubicada en la cuenca media, donde se encuentra la principal demanda hídrica y la zona baja de planicies húmedas tropicales. En las últimas de décadas esta región ha estado en el foco del debate ambiental nacional por los conflictos socioambientales asociados a la minería de oro en la cuenca alta, que amenaza las fuentes de abastecimiento hídrico de la ciudad de Bucaramanga, quinta área metropolitana por población del país, pero también por los primeros pilotos de fracking en el país realizados en la cuenca baja. Las cuales ha generado confrontaciones y desconfianzas entre los habitantes locales, autoridades ambientales y ambientalistas. Además, las comunidades resaltan otras problemáticas como la contaminación de río Lebrija por el vertimiento de las aguas servidas y sin tratamiento de Bucaramanga, lo cual afecta el acceso al agua, a la pesca y la agricultura, pero que es poco visibilizada en los medios de comunicación locales y nacionales.
La siguiente ponencia tiene como propósito reflexionar sobre las percepciones y tensiones alrededor de la participación local en escenarios de construcción de planes de conservación, manejo y uso de la biodiversidad, y las discusiones tras su formulación. Para ello, se tendrá en cuenta los distintos actores que hicieron parte de este proceso, los contextos y las desigualdades sociales y epistémicas en distintas escalas. Este análisis enmarca el interés por lo participativo, de manera crítica, dentro del denominado “giro participativo” (Bherer, Dufour & Montambeault 2016) donde la producción de conocimiento se caracteriza una mayor participación y preocupación de la ciudadanía por los efectos de la ciencia en sus intereses y valores reflexionando sobre sus implicaciones en los procesos de conservación de la biodiversidad.