Tomando en cuenta que, desde la creación del Estado Moderno, la institucionalización de los campos de conocimiento se ha dado como consecuencia de decisiones políticas de aquella máxima instancia de gobierno, la presente ponencia intenta mostrar el contexto político boliviano desde el cual fueron abordados los problemas antropológicos, como parte de la dinámica que posteriormente generó la creación de espacios de formación en antropología.
Un tema que no es menor en este contexto es el rechazo del Estado boliviano al acuerdo que delegaba a Bolivia como organizador de la primera reunión intercontinental indigenista. Al ser este rechazo una decisión política, nos interesa aproximarnos a las circunstancias de aquel tiempo, cuando se delegaba a Bolivia como organizador de aquel importante evento, que fue emanado en la “VIII Conferencia Internacional Americana” en el año 1938, bajo el patrocinio de la “Unión Panamericana”, posteriormente denominada: “Organización de Estados Americanos”, encomendando a este país la organización de aquel congreso indigenista de dimensión intercontinental, que finalmente, por la circunstancia inesperada de rechazo, fue realizada en Pátzcuaro, México en el año 1940 (Fabregas 2021).
Para ello, inicialmente, intentamos mostrar la coyuntura política de fines de la década de los años treinta y principios de los cuarenta, las pugnas y la disputa por la toma del poder político al interior de Bolivia, pero también relacionamos estas disputas con el contexto político regional y global, en el que, paralelamente se desarrollaba una guerra que fue denominada en aquel tiempo “Segunda Guerra Mundial”.
Desde este contexto político, local y su relación con el contexto regional y global, se transita a los procesos que en aquella misma época se estaban desarrollando en relación a la antropología en algunos países de América Latina, tomando en cuenta el impacto de los importantes descubrimientos arqueológicos de principios del siglo XX y su proyección hacia nuevos horizontes de conocimiento en la región, en relación a las políticas de los diferentes Estados. Esto, para pensar la coyuntura boliviana junto a las repercusiones del sitio arqueológico descubierto en Tiwanaku y también su importancia para la comprensión del contexto histórico andino regional.
Con estos antecedentes, finalmente, se anuncia el despliegue desarrollado en los años siguientes en tres ciudades de Bolivia, a partir de la creación de tres museos, en: Cochabamba, Oruro y La Paz, que, de distintas maneras y con características diferenciadas proyectaron el surgimiento de centros académicos orientados a la formación de antropólogos y antropólogas, que, décadas después se consolidarán con la creación de programas académicos universitarios en antropología en las tres ciudades mencionadas.