A partir de las convenciones para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003) y de la Diversidad de las Expresiones Culturales (2005) emitidas por la UNESCO, la efervescencia patrimonial a nivel global ha traído consigo otros fenómenos que han incidido en la adquisición de nuevos significados, valoraciones y contextos para aquellas expresiones culturales que transitan por el proceso de patrimonialización.
Entre estos fenómenos, además de la mercantilización, musealización y turistificación, destaca la folclorización. Esta última entendida como un dispositivo que activa la enajenación del sistema de los pueblos que habitan Abya-Yala/América, y que contribuye a reproducir el continuum colonial en el siglo XXI (Romero, 2015).
Con base en lo anterior, el objetivo de esta ponencia es explicar cómo, más allá de las nociones de tradición, identidad y autenticidad, la patrimonialización se articula con la folclorización -además de los procesos enunciados en líneas anteriores- en el marco de las políticas públicas (culturales y turísticas) promovidas, en este caso, por el gobierno del estado de Michoacán, México. En cuya gestión y puesta en valor intervienen diversos actores sociales (institucionales, empresariales y comunitarios) a través de negociaciones, discursos, representaciones y valores dentro de lo que algunos autores han denominado como “arena patrimonial” (Guzmán, 2015).
Para ello, desde la perspectiva de la economía política del patrimonio (Frigolé, 2014) y los estudios críticos del turismo, se analizan diversos ejemplos a través de los cuales se ilustran los conflictos, movilizaciones sociales generados en el contexto de las estrategias de salvaguardia y gestión de las manifestaciones materiales e inmateriales que identifican a los pueblos y comunidades P´urhépechas. Principal grupo étnico en Michoacán.
Estrategias que, más allá de su protección y conservación, enfatizan la singularidad de dichas manifestaciones en calidad de recursos-atractivos, a través de diversos medios (festivales, museos interactivos, rutas temáticas, eventos culturales, entre otros). Con el propósito de promover el turismo (cultural) que, de acuerdo al Plan Estatal de Desarrollo, figura como una de las principales herramientas de desarrollo económico y social en la entidad, al incluir el patrimonio cultural en la cadena de valor.