Durante las dos primeras décadas del siglo XXI la agricultura colombiana para la exportación de commodities como el café y el aceite de palma (oil palm) se ha sustentado en un aumento del área sembrada en áreas históricas y la movilidad territorial a otras regiones del país. En el caso del café, en 2007 había 766.477 ha sembradas y en 2018 un total de 742.373 ha sembradas, si bien estos datos reportan un descenso del área, también expresan un cambio de la concentración de los cultivos en el eje cafetero del centro del país (Antioquia, Caldas, Quindío, Risaralda, Cundinamarca) que se desplaza al nuevo eje cafetero del Sur (Huila, Tolima, Cauca, Nariño). En cuanto a la palma de aceite en el 2007 había 221.601 ha sembradas frente a 549.355 en el 2018, sustentado en una intensificación en áreas históricas del norte del país y en una expansión en el Oriente del país, en la Orinoquia colombiana (Meta, Casanare y Vichada).
Esta ponencia tiene por objetivo analizar la movilidad territorial del trabajo. En primer lugar, presenta una descripción de la dinámica territorial de la producción económica y política del régimen agroalimentario a través del modelo de desarrollo de las commodities agrícolas del café y el aceite de palma. En cuanto al café, como producto de exportación que históricamente ha posicionado al campesinado colombiano; respecto a la palma de aceite, como parte de la dinámica de los cultivos flexibles para el mercado de materias primas de alimentos humanos, agrocombustibles y ración animal. En este contexto, analiza el régimen alimentario contemporáneo, destacando la fase actual de control corporativo para la producción de alimentos, agrocombustibles y otras materias primas agrícolas, complementado por estrategias para consolidar una hegemonía empresaria del control de la tierra y el trabajo.
A partir de las contribuciones de la dinámica del régimen agroalimentario es posible entender la movilidad territorial de los trabajadores en estos dos cultivos, configurando formas de trabajo temporal y precario resultado de procesos de expulsión, empobrecimiento y desplazamiento forzoso de campesinos, afrodescendientes e indígenas, así como de habitantes urbanos que buscan empleos temporales en el campo. El objetivo es analizar a estos trabajadores de la globalización agroalimentaria a través de los circuitos diferenciados de migración en cada cultivo y los marcadores de clase que se constituyen en indicadores de empleabilidad en los mercados de trabajo. En primer lugar, identifica la configuración actual de los circuitos migratorios de trabajadores rurales, constituidos por movimientos multipolares y extendidos territorialmente por los períodos de cosecha en estos cultivos y otras actividades agrícolas. En un análisis de estos trabajadores en cuanto clase, es posible identificar los marcadores que configuran segmentos caracterizados por distinciones de género/sexo, etnia, raza y generación.