A principios del siglo XX, en la localidad de San Javier (Santa Fe, Argentina) tuvo lugar un movimiento de resistencia de indígenas mocovíes, que durante décadas fue conceptualizado como un “malón de indios” para justificar la violencia hacia los mismos como una “defensa” ante un supuesto “ataque”. Dicho episodio formó parte del proceso de colonización de la región del Gran Chaco, que desde fines del siglo XIX buscaba incorporar territorios productivos al modelo agroexportador y convertir a los indígenas en mano de obra. El mencionado proceso de rebelión del año 1904 terminó en la masacre de la población mocoví, al igual que otras matanzas indígenas que ocurrieron por motivos similares tanto antes como después (San Antonio de Obligado, 1887; Napalpí, 1924; El Zapallar, 1933; Rincón Bomba, 1947; entre otras).
En los últimos años, asistimos a un proceso de luchas de los pueblos indígenas para que el Estado reconozca el genocidio y se produzcan reparaciones por los daños producidos. La lucha por los derechos humanos en nuestro país referida a los crímenes de la última dictadura generó condiciones de posibilidad para la reflexión sobre el genocidio indígena como constitutivo del Estado capitalista a partir de mediados del siglo XIX. Así, en un contexto político que habilitó los pedidos de memoria, verdad y justicia han tenido lugar diversos procesos judiciales contra el Estado que siguen vigentes y atravesados por complejas tensiones y resistencias. Las contradicciones que han sucedido con las distintas denuncias de las masacres mencionadas también tienen lugar en San Javier, donde el año pasado se presentó la denuncia que dio lugar a la apertura de la causa para que los hechos de 1904 sean investigados y que se dé lugar a un juicio por la verdad histórica.
Al igual que en los otros casos, los reclamos de las comunidades mocovíes de San Javier llevan ya varias décadas, que se materializan de diversas maneras en el espacio público y en espacios institucionales. Las tensiones y contradicciones mencionadas también atraviesan estos procesos de memorialización, en los que se disputan diversos sentidos sobre el pasado que buscan visibilizar en estos lugares la memoria e intereses de distintos sectores en conflicto. En esta ponencia se analizarán las distintas conmemoraciones de la rebelión y matanza de 1904, y las controversias que se siguen generando a partir de usos antagónicos del pasado en un mismo escenario.