Ponencia

Los graniceros de la Sierra de las Cruces. Sus relaciones con el cielo y la depredación capital del paisaje.

Parte del Simposio:

SP.49: Violencias y desigualdades en las relaciones cielo-tierra: la astronomía cultural como abordaje emergente de disputas cosmopolíticas

Ponentes

Ricardo Arturo Garcia Reyna

ENAH

Granicero es la denominación que tienen los especialistas rituales (dentro de las comunidades tradicionales del Altiplano Mexicano) encargados del manejo de los fenómenos atmosféricos, tales como atraer la lluvia o bien atajar el granizo y las tempestades en sus comunidades. Son personajes con presencia tanto en la época prehispánica, colonial y contemporánea de México.

Se ha registrado la existencia de agrupaciones de graniceros a lo largo de la Sierra de las Cruces, en el Altiplano Central. Dicha sierra es una formación montañosa que divide -de norte a sur- a los Valles de Toluca y México, conforma parte de la cuenca del Alto Lerma, un paisaje caracterizado por la presencia de macizos montañosos, volcanes, lagunas, ríos y los valles propiamente.

Este paisaje, así como la bóveda celeste, son los campos de acción donde los graniceros median las relaciones entre el mundo solar y el nocturno. Sus prácticas rituales se desarrollan en un desplazamiento entre lugares y senderos, entrelazando lo terrestre y lo celeste. Ejemplos de tal relación son el golpe del rayo, acción que se origina en el cielo y por la cual reciben su llamado; o bien, el pronóstico del temporal venidero que realizan al levantar su mirada a la bóveda celeste, entre otros.

Sin embargo, desde mediados del siglo pasado, las instituciones gubernamentales y la iniciativa privada han ejecutado acciones que han propiciado la transformación de este paisaje y la vida de las comunidades ahí asentadas, por medio de la industrialización del valle y la mercantilización del suelo. Estas acciones comprenden entre otras: el desecado de las lagunas; el encauce de los recursos acuáticos para abastecer las necesidades de las grandes ciudades; la construcción de autopistas que en su trayecto fragmentan los cerros; minas a cielo abierto y en últimos años, la privatización del bosque a manos de inmobiliarias transnacionales.

Bajo este panorama, reflexionaremos sobre cómo los graniceros continúan produciendo y reproduciendo sus prácticas y relaciones con la esfera celeste, dentro de un paisaje cada vez más erosionado por la industrialización, privatización y mercantilización, acciones que bajo la lógica de la reproducción del capital, han transformado también la vida de las comunidades ahí asentadas.