El contexto de la ciudad de Buenos Aires, aún con sus inconvenientes y ambigüedades, se perfila indiscutiblemente como una referencia mundial en materia de producción, circulación y consumo cultural que incluye por supuesto la escena teatral. El sector teatral porteño se puede estudiar entonces como un campo donde confluyen y disputan reconocimiento distintas propuestas estéticas: entre ellas, aquí nos interesan particularmente los lenguajes escénicos definidos “populares”. A partir del caso del teatro callejero, se explorarán afinidades y divergencias respecto a la categoría de “popular” en tensión con otras que componen la variedad del campo teatral porteño: entre otras, “independiente”, “oficial”, “comercial” y “comunitario”. Dichas tensiones se pueden explorar desde diferentes ejes: las adscripciones identitarias de sus practicantes, las propuestas escénicas, la formación actoral, la organización del trabajo artístico, la relación con las instituciones, las líneas de fomento, las dramaturgias, entre otras. Las premisas teóricas en base a las cuales se articulará el análisis, elaboradas desde la antropología de las prácticas artísticas, serán los procesos de politización de la cultura y sus usos como recurso y como herramienta política: la cultura y el arte, por lo tanto, no serán consideradas como escindidas de otros campos como el político-económico, ni ajenas a las problemáticas sociales, sino que serán analizadas como procesos afectados por la acción colectiva de actores posicionados de manera desigual y sujetos a climas políticos diversos. Asimismo, los actores y actrices serán consideradxs no solamente en su calidad de profesionales o practicantes de la actuación teatral, sino también como agentes socioculturales y sujetos políticos capaces de organizarse en redes, articular con distintas instituciones, programas o agendas públicas y de impulsar disputas por reconocimiento y legitimación de sus prácticas, apelando a procesos de tradicionalización y sentidos identitarios diversos.