En la perspectiva de que la celebración del Carnaval Andino con La Fuerza del Sol ha surgido de la persistencia y creatividad popular e indígena en un contexto de intercambios fronterizos y relaciones interétnicas racializadas en el norte de Chile, reviso lo festivo y las danzas andinas desde la perspectiva de las “ñustas” o princesas, pues ellas no sólo son identificadas como el “rostro” de las agrupaciones folklóricas andinas en tanto que participan como voceras y representantes de éstas en todas las actividades de promoción pública de la fiesta, sino que corporizan las relaciones sociales, sentidos y estrategias culturales de cada grupo. A través de la descripción de sus performances y testimonios, sugiero que los preparativos y entrada del Carnaval constituyen procesos de reparación que han favorecido la elaboración de la “herida” provocada por las políticas de conquista y cercamientos asociados a las formaciones nacionales, afianzando un sentido “re-existencia” que se vive cíclica y utópicamente en cada fiesta.