La investigación busca analizar en qué se basa la reconfiguración de la ruralidad como aspecto identitario en el caso de dos diferentes generaciones de mujeres de la localidad de Maya (Áncash, Perú) en un contexto de cambios en el contexto local rural. Se ha seguido una metodología cualitativa y con enfoque etnográfico a partir de estudios de caso; y se plantean dos principales orientaciones teóricas y metodológicas: interpretativa y fenomenológica. La recolección de información en campo se realizó en dos etapas: entre noviembre de 2009 y septiembre de 2010, y en septiembre de 2021. Para el estudio, se seleccionó dos grupos de mujeres que pertenecen a dos grupos etarios distintos: grupo A: ocho mujeres entre 30 y 60 años y grupo B: seis mujeres entre 19 y 29 años; y profesionales del sistema de salud oficial y de la escuela de Maya, instituciones estatales con presencia permanente e injerencia en la localidad. Como método de recolección, se aplicaron principalmente dos técnicas parte de los métodos cualitativos de investigación: observación participante y entrevistas en profundidad. Los cambios en las vidas de las mujeres rurales jóvenes de América Latina a nivel intergeneracional responden a la revolución educativa, al acceso a innovaciones tecnológicas, y a la redefinición de las posibilidades de relacionarse socialmente y de acceder a nuevas posibilidades laborales y perspectivas económicas (Asensio y Trivelli, 2014), lo que ha afianzado el sentido de ciudadanía y de conciencia sobre sus derechos. Si bien persisten las brechas de género, dichos cambios han dado lugar a la construcción de nuevas identidades femeninas, que contravienen ciertos aspectos de las identidades tradicionalmente construidas y que se condensan en tres paradojas: la de la maternidad, etnicidad, y del contacto con lo ‘urbano’ (Ames, 2013:30). De esta manera, la condición de ‘puente’ entre lo rural y urbano asignada a las mujeres jóvenes debe leerse no solo como la reconfiguración de la ruralidad, sino como la ampliación a nivel semántico de una categoría que se encuentra en permanente revisión. Además de los cambios en el ámbito de la educación, uno de los principales hallazgos que se vincula con la ‘ruralidad’ estaría vinculado con la salud sexual y reproductiva de las mujeres, concretamente en el ámbito donde se producen los partos -domicilio o establecimiento de salud oficial-. Otro de los hallazgos revela que la generación joven sostiene el proceso de cambio en el camino trazado por las mujeres de la generación anterior sobre la base de su capacidad de agencia. Finalmente, la posesión de saberes vinculados con la salud comunitaria y con el conocimiento de prácticas de partería se configura como elemento identitario que distingue a las mujeres ‘rurales’ de aquellas ‘más rurales’ y claramente diferenciadas de las mujeres ‘urbanas’.