La partería continúa siendo una de las principales opciones de cuidado y atención
a la salud sexual y reproductiva de las mujeres en las comunidades rurales y
semirurales en México y América Latina. A pesar de la existencia de Centros de Salud con perspectiva biomédica en este tipo de
poblaciones, las mujeres y personas gestantes siguen recurriendo a las parteras y parteros para recibir la atención previa, durante y posterior al parto, que en ocasiones funcionan como corrección a las violencias gineco obstétricas antescedidas en instancias de salud biomedicalizadas.
Desde la antropología crítica en salud se ha propuesto la coexistencia de diferentes modelos de atención: el hegemónico, representado por los servicios de salud institucionales, el modelo alternativo configurado por aquellas prácticas no institucionalizadas y algunas de ellas basadas en los saberes tradicionales, y el de autoatención, centrado en las estrategias desarrolladas por la propia persona en aras de su bienestar. Esta investigación muestra la coexistencia entre los modelos hegemónico y alternativo en una ciudad donde los saberes tradicionales han padecido un proceso de absorción por parte de un modelo de vida más urbanizado, sin embargo, en el imaginario colectivo pervive la confianza y la predilección por las prácticas alternativas como la partería tradicional, que subsana las carencias de acceso y atención de los servicios de salud que brinda el Estado. Desarrolla un análisis más profundo sobre la práctica de partería tradicional fuera de un contexto indígena, como es clásicamente estudiado. Se muestra la subalternidad de la práctica y las formas de resistencia ante las instituciones de salud y el Estado, donde las protagonistas beneficiadas de esta atención también han sido relegadas de estos procesos, funcionando como un doble borramiento sistemático y patriarcal, en claro detrimento de los derechos culturales y su intersección con el derecho a la protección de la salud de las mujeres y personas gestantes.