La Quebrada de Humahuaca es un valle andino de 155 kilómetros de extensión, ubicado a más de 2000 msnm en la provincia de Jujuy (Argentina) y constituye un destino turístico privilegiado en la región; tal es así que en el 2003 fue declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Por otro lado, la Puna jujeña, ubicada a más de 3500 msnm, es una región que por sus condiciones ecológicas ha permitido principalmente el desarrollo del trabajo ganadero, fundamental para la economía local. Durante el siglo XX, lxs residentes de ambas geografías aportaron una gran mano de obra para la actividad zafrera y minera de la provincia, lo que provocó movimientos migratorios temporales, y en muchos casos permanentes, que caracterizaron la matriz productiva jujeña. En este contexto, el ferrocarril constituyó un medio ampliamente utilizado por puneñxs y quebradeñxs y fue trascendental para integrar la economía regional, nacional, y promover la actividad comercial de la zona, hasta su desmantelamiento en 1993. A partir del trabajo de campo que realizamos con familias en el Paraje Ovara (Quebrada de Humahuaca) y Puesto del Marqués (Puna jujeña) observamos que sus habitantes recuerdan con nostalgia el pasado vinculado a sus lugares de orígen y manifiestan preocupación por lo que consideran el despoblamiento actual de la zona. Según lxs mismxs, el despoblamiento comenzó, en el caso de Ovara, a partir del cierre de la escuela primaria a fines de los años ochenta y, en el caso de Puesto del Marqués, con el cese del funcionamiento del ferrocarril. En ambos casos, las personas manifiestan que en el pasado la mayoría de las familias sólo se ausentaban para la temporada de la zafra o en los tiempos que el trabajo en la mina requería. No obstante, aseguran que en la actualidad las familias migran en busca de educación y trabajo pero no regresan a sus lugares de orígen. A pesar de ello, en Ovara el turismo es visto como una nueva fuente de trabajo que permitiría a las personas volver, mientras que en Puesto del Marqués esa posibilidad estaría dada por el retorno del ferrocarril, promesa de campaña del actual gobernador. En este trabajo analizamos cómo actúa la nostalgia para lxs habitantes de ambos pueblos, en tanto consideramos que constituyen formas de memoria que les posibilita reflexionar sobre el presente a través de lecturas idealizadas del pasado. Nos preguntamos, también, si estas nuevas articulaciones les permiten habilitar procesos de organización y/o regeneración de vínculos colectivos a futuro, para visualizar formas renovadas de hacer frente a sus demandas y revertir la tendencia demográfica que aseguran haber vivido en los últimos años.