La concentración y extranjerización de la tierra, la expansión de la frontera agrícola arrocera-sojera, la desecación de los humedales por obras de canalización, el aumento de la forestación de eucaliptos, el aumento de infraestructuras industriales y la especulación inmobiliaria son algunas de evidencias palpables de la intensificación del modelo extractivista implantado en la región Este. ¿Pero cuándo arrancó dicho proceso? Para ello, indagamos en las huellas coloniales de las configuraciones actuales del paisaje rural en la frontera este de Uruguay. Nuestra propuesta se inscribe en la línea de investigación Paisajes del colonialismo del LAPPU-UdelaR, cuyo objetivo es reflexionar sobre las raíces históricas de estas transformaciones. Partimos de un análisis genealógico del paisaje y de una arqueología agraria, para mostrar cómo la región mantuvo autonomía indígena hasta las últimas décadas de la colonia, momento a partir del cual se consolidó la matriz colonial de explotación territorial que opera hasta la actualidad, y que, pese a los cambios históricos y particularidades de cada momento, se sigue sustentando en la concentración de tierras en manos particulares y en la colonialidad del poder.
La investigación parte del estudio de uno de los primeros latifundios de la región, producto del reparto colonial, que equivalía al 10% de la superficie actual del departamento. El propósito es analizar la estancia que perteneció al antiguo militar José Gerónimo de Sosa, como forma de producción espacial colonial, para entender y discutir el origen histórico de la configuración de los paisajes rurales actuales. El colonialismo tuvo un impacto profundo en las relaciones entre los seres humanos, entre éstos y otros seres vivos y la naturaleza, ya que fragmentó ecosistemas, culturas y comunidades socioterritoriales existentes, caso de los cacicazgos guenoa-minuanes. Este proceso dio lugar a la creación de economías centradas en la apropiación de tierras, animales y personas, instaurando sistemas esclavistas ganaderos, con personas secuestradas en África, así como en la explotación de los bienes naturales, lo que a su vez perturbó significativamente las formas de habitar y los vínculos relacionales humano-ambiente. El marco de acción del pensamiento colonial persiste a través de la colonialidad territorial, sustentada en patrones de uso de la tierra que pueden rastrearse en los conflictos étnicos-raciales y socioambientales que atraviesan este territorio. La apropiación y privatización de esas tierras consolidó desigualdades sociales que produjeron asimetrías territoriales que son la base para entender el origen y desarrollo del actual modelo agroextractivista. Con este estudio se busca aportar a la reflexión crítica, situada y profunda sobre las desigualdades y conflictos socioambientales de la región, lo que permitirá discutir sobre las formas de poder y sus mecanismos de reproducción, que continúan basándose en el control y explotación de tierra, bienes comunes y personas.
Nota: La propuesta reúne aportes, resultados y reflexiones de diversos investigadores, por esa razón somos varies co-autores. Por lo tanto, además de los firmantes, incluimos a la Dra. Moira Sotelo como cuarta coautora (moira.sotelo@lappu.edu.uy)