Para el pueblo indígena Yaminahua que vive en el distrito de Sepahua (ubicado en la zona del Bajo Urubamba de la Amazonía peruana), el virus covid-19 fue tratado como una enfermedad cotidiana. Sus síntomas (problemas respiratorios, fiebre, dolor de cabeza), al ser conocidos, fueron tratados individualmente, tanto con medicina doméstica como con pastillas compradas en las farmacias, las cuales son de uso común para ellos. Sin embargo, a pesar de utilizar los servicios públicos de salud con frecuencia para cualquier problema de gravedad, durante la pandemia se negaron a usar estos servicios, independientemente de la intensidad de los síntomas que sentían, prefiriendo incluso la posibilidad de morir en sus casas antes de recibir un tratamiento médico. En ese sentido, partiendo de las formas de entender y experimentar las enfermedades del pueblo indígena Yaminahua y de la ambigua relación que mantienen con el hospital de la provincia, en esta ponencia voy a ahondar en la experiencia que tuvieron enfrentando la crisis sanitaria. A lo largo de la presentación, se mostrará que las reacciones yaminahua ante los contagios del covid-19, sus tratamientos y la vacunación se ven directamente influenciadas por las relaciones que estos mantienen cotidianamente con los servicios públicos de salud, los cuales funcionan como representantes del Estado peruano dentro del distrito.
Así, se usará este caso para plantear una reflexión sobre las campañas de salud promovidas para las poblaciones indígenas, las cuales establecen una relación transaccional entre el Estado y estas poblaciones, quienes reciben un beneficio concreto a cambio de cumplir con ciertos requisitos relacionados con su salud. Asimismo, se analizará la figura del médico como un agente que genera una desconfianza generalizada en la comunidad, no solo por ser relacionado con la población mestiza y foránea, sino, principalmente, por ser un funcionario público que personaliza la relación conflictiva que mantienen con la Municipalidad del distrito de Sepahua.