La irrupción de la pandemia por Covid-19 dio lugar a diversas medidas gubernamentales para mitigar los efectos del virus, incluyendo el cierre de las escuelas en una gran mayoría de los países del mundo. Para abril de 2020, se calculaba que más del 90% por ciento de lxs estudiantes a escala global no tenían clases presenciales. Varios países latinoamericanos se cuentan entre los que más tiempo mantuvieron cerradas las escuelas, incluyendo a la Argentina -locus de nuestras investigaciones-, donde la suspensión de clases se prolongó casi todo ese año, y según las jurisdicciones, también por algunos períodos del 2021. De cara a ese cierre, desde el sistema educativo se dispuso lo que se dio en llamar la “continuidad pedagógica”, que se implementó de diferentes formas, con un común denominador en torno al trabajo remoto sobre los contenidos básicos de cada ciclo. El retorno a las aulas, a su vez, fue gradual y con una serie de protocolos, que incluyeron frecuentemente la alternancia en la presencialidad y grupos reducidos.
Esto conllevó una transformación drástica con fuertes implicancias para la vida familiar y la organización doméstica, ya que en la mayoría de los hogares se superpusieron espaciotemporalmente multiplicidad de actividades, incluyendo las derivadas de la “continuidad pedagógica”, y se incrementaron los requerimientos a lxs adultxs –especialmente a las madres- vinculados a la educación y el cuidado de lxs más jóvenes. Desde una perspectiva antropológica, todo ello dio lugar a que nos planteáramos diversos interrogantes. Así, en esta ponencia compartiré los avances de una investigación en curso sobre los modos en que se vivió este período en familias con niñxs en edad escolar, haciendo eje en las prácticas vinculadas a la escolaridad en las distintas temporalidades de la pandemia, sin escindirlas del entramado de acciones que se despliegan en el ámbito doméstico. Esta indagación se enmarca, a su vez, en un proceso de investigación histórico-etnográfico de larga duración (individual y colectivo), sobre la vida familiar y las relaciones con la educación y el cuidado de las nuevas generaciones, con foco en los procesos de producción, atribución y distribución de las responsabilidades adultas.
Los avances que presentaré se sustentan en el análisis de un conjunto de entrevistas abiertas, en profundidad, realizadas con mujeres pertenecientes a sectores medios, que habitan en el Área Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires (AMBA). Me centraré en los relatos sobre las acciones y decisiones que fueron tomando en torno a los procesos escolares y educativos de sus hijxs, en articulación con las múltiples prácticas relativas al sostenimiento de la vida (propia, de sus hijxs y de sus grupos domésticos). Por tanto, el análisis girará en torno a los modos en que se llevó adelante la “continuidad pedagógica” en los hogares, atendiendo a las diversas propuestas que recibían de las escuelas, a las (cambiantes) características y necesidades de sus hijxs, y a las maneras de resolver la superposición de demandas simultáneas.