Cuando nos adentramos en el mundo del trabajo donde las tecnologías digitales, telemáticas o algorítmicas son protagonistas de los procesos productivos, se abre un abanico de preguntas, cuyas respuestas dividen fuertes posiciones como pocos temas en la actualidad lo hacen: ¿qué transformaciones en la materialidad y en la subjetividad de los y las trabajadores/as opera el avance tecnológico acelerado de los últimos años?, ¿qué cambios están sucediendo en los espacios laborales?, ¿qué caracteriza la etapa actual del capitalismo?, ¿qué agendas de futuro posibilitan las tecnologías digitales?
Sin lugar a dudas, hoy nos encontramos en una nueva etapa del capitalismo contemporáneo. Las mutaciones del capitalismo han transformado profundamente las estructuras sociales. En este variado, vasto y heterogéneo ecosistema digital del mundo del trabajo, el caso de los trabajadores y trabajadoras freelancers que ofrecen servicios digitales a través de plataformas, resulta para nosotros, uno de los ejemplos por antonomasia del significado del capitalismo contemporáneo: trabajadores y trabajadoras que ofrecen diversos servicios digitales, en un contexto de continua incertidumbre laboral, exacerbando trayectorias singulares e individuales.
Un ecosistema digital que habilitaría a la competencia equitativa, dado que cada trabajador y trabajadora ofrece sus servicios en igualdad de condiciones, solo ayudado por sus estrategias individuales. Dentro de las estrategias, ser un sujeto singular –o singularizarse– es el atributo central para configurar ventajas competitivas frente a otros y otras.
Puntualmente, analizaremos el caso de Workana, una plataforma de capitales nacionales que se posiciona como una de las más elegidas en Argentina y en América Latina.