Muchos de los rituales en la región andina incluyen secuencias en los que se alimenta a entidades potentes, poderosas consideradas tutelares y sagradas. Se dice “dar de comer a la tierra” y es algo tan socialmente incorporado que a nadie llama la atención esta expresión. Sin embargo, podríamos preguntarnos por qué hay que alimentar a la tierra y sobre todo qué come la tierra, qué la nutre. La tierra llamada Pachamama, se alimenta de una diversidad de sustancias, productos y seres, esta diversidad se vincula también con la diversidad de comunidades y regiones que conforman los Andes. Algunos alimentos se preparan de modo similar a la comida de las personas humanas, y en las comunidades de las tierras altas del noroeste argentino, se entierran; otros, son preparados específicamente rituales, que en las comunidades bolivianas se queman. Estos suelen llamarse “mesas” y tienen una composición compleja y abigarrada que se apoya en las ideas sobre los gustos de los seres poderosos. Distintas conformaciones materiales son llamadas “mesa”, la base puede ser piedra, textil, cartón, es decir donde se ubica y compone el alimento ritual y se construye un ensamblado a ser empleado en la ritualidad, estrechamente ligado a la noción de alimentar.
El alimentar a la tierra, a los manantiales, a los cerros entre otros, se relaciona con una concepción de la alimentación que considera que todos necesitamos alimentarnos y que la alimentación se da en ese tejido relacional. De allí que muchos de estos rituales tengan por objeto lograr el alimento para los humanos, se trata de rituales de producción y generación de productos. Otros rituales buscan que la economía de la familia y su despensa donde se guardan los alimentos, sean prósperas. Vemos entonces que se alimenta para ser alimentado. Estas concepciones suponen que el mundo es una entidad viva compuesta de muchos, todos ligados por múltiples vínculos.
Esta ponencia tiene por objetivo presentar los tipos de alimentos que reciben los seres poderosos andinos y mostrar la relación con el alimento humano, a partir de prácticas y valores que se entienden considerando lo colectivo como sujeto. La circulación de sustancias y fluidos alimenticios entre las dimensiones y seres del mundo, es parte central de los rituales y hace a estos modos culturales de considerar lo que es alimento.