El ritual de la “Siembra del Agua”, es una ceremonia compleja donde los últimos campesinos de Lima, rinden culto al dios “Wallallo”, y visitan antiguas “paqarinas” sagradas, para conversar y suplicar a las deidades, les provea de abundantes lluvias y suficiente agua para irrigar sus campos; y también durante una semana, realizan labores de “limpieza” de los canales de irrigación, cuyas aguas servirán para proveer de agua, a la gigantesca ciudad del Lima.
En la laguna Pampacocha, se realiza el ritual principal con mucha solemnidad y expectativa, y también se escucha los buenos anuncios y augurios del sacerdote andino; luego de ello, las autoridades comunales ordenan el inicio del Comida Ceremonial, donde más de dos mil campesinos y visitantes van a compartir en tres grandes círculos. La comunidad Huinco, se ubica en la parte norte; los comuneros de Kumpi, en la parte sur; al oeste la comunidad de Maykuay; y junto a la paqarina las Autoridades Comunales y el sacerdote andino. Es el momento en que las mujeres casteñas, extienden sus manteles blancos bien bordados y se encargan de ofrecer centenares de platos tradicionales en base a papas, maíz, trigo, habas, olluco, quinua, y carnes de cuy, gallina, y res; y sirven en cántaros chicha de maíz. Además, se produce un extraordinario intercambio de platos horneados, guisos, estofados, chicharrones, panes, y frutas entre los comuneros. La abundancia de comida y muestras de hospitalidad sirven simbólicamente para mostrar a los dioses tutelares el agradecimiento anticipado de los alimentos y la reciprocidad que esperan recibir luego una semana intensa de ritos, ruegos y plegarias.
Esta ponencia va explicar el simbolismo dual de la comida de la ceremonial, relacionados con las cualidades sensibles y oposiciones binarias de las preparaciones, que se expresan en platos horneados-Guisos y estofados; frío-caliente; agrio-picante; dulce-salado; además, de las cualidades imaginarias y cosmológicas del eterno retorno al rito, a los orígenes y la sacralización de la comida. También, los aspectos funcionales de la voluntad de los comuneros de continuar con las tradiciones, el cuerpo de creencias, y el reforzamiento de las identidades. Igualmente, las diferentes formas de cohesión y reconocimiento de los “Ministriles” como autoridades del agua; y también va explicar las formas de tensión y sanción a los comuneros ausentes. Al final, se interpretará los aspectos emocionales de la despedida al más antiguo comunero, y el milenario canto de las “huaylinas”.