En Argentina, como en gran parte de América Latina, las presencias indígenas en las zonas urbanas son resultado de los procesos de destierro de los Pueblos Indígenas que han sido y continúan siendo sistemáticamente arrinconados y expulsados de sus lugares de origen a causa del acaparamiento de tierras por parte de empresas privadas, de las situaciones de desigualdad y pobreza a las que se ven sometidos en el marco de la herencia colonial.
A pesar de los constantes desplazamientos forzados y la vulneración de sus derechos, los/as indígenas logran reorganizarse en los territorios de migración, vivir de modo colectivo y elaborar proyectos comunitarios según las formas de organización, las maneras de pensar y de actuar que consideran acordes a su cosmovisión. Estos procesos implican la reelaboración de sentidos y la construcción de estrategias en el marco de procesos de apropiación y resistencia al sistema impuesto.
La comunidad ava guaraní Iwi Imemb´y (Hijos de la tierra) se conformó en el periurbano platense de la Provincia de Buenos Aires como resultado de la expulsión de sus territorios en la Provincia de Salta ocurrida en el 2003. Desde que obtuvo la personería jurídica y con ella el reconocimiento como comunidad indígena, viene reclamando su derecho constitucional a la posesión de un territorio que contemple las necesidades de los/as ava guaraníes, colocando el énfasis en la agricultura y la transmisión de su cultura a las nuevas generaciones. El protagonismo de los jóvenes, especialmente de las mujeres, en esta lucha resulta insoslayable. En el presente trabajo analizamos las trayectorias educativas escolares y extra-escolares protagonizadas por mujeres jóvenes ava guaraníes migrantes, los valores y los sentidos que adquieren sus aprendizajes en el contexto de la organización etnopolítica y los reclamos que la comunidad realiza al Estado.