En esta ponencia analizaré los imaginarios, narrativas y prácticas de sujetos que pertenecen a colectivos que promueven redes alimentarias alternativas en la zona central de Chile, específicamente en las Regiones de Valparaíso, Metropolitana y de O’Higgins para enfrentar la actual crisis del sistema agroalimentario. Este paradigma, con sus modos de producción, industrialización y comercialización, viene poniendo en riesgo y transformando la diversidad ecológica, social y cultural de todos quienes conformamos el ecosistema. (Carson, 1962, Altieri 2009, FAO, 2019, Marcus J. Hamilton, R. S. Walker & C. P. Kempes, 2020)
El contexto sociopolítico nacional con varios hitos: estallido social de 2019, un proceso constituyente desde el año 2020 hasta la actualidad y por otra parte, un escenario internacional con altos precios mundiales de los alimentos, dificultad de acceso a estos post pandemia y los conflictos bélicos (ONU, 2022) hacen necesario explorar y ahondar en las estrategias locales de resistencia.
En este escenario invito a reflexionar sobre ¿Cómo entienden y enfrentan los sujetos y colectivos la crisis alimentaria en Chile? ¿Cómo reconfiguran la cadena alimentaria? ¿Qué características del sistema agroalimentario les impacta en sus territorios? ¿Cómo inciden, mejoran o resisten a los sistemas agroalimentarios?¿Sus prácticas funcionan como un medio de resistencia?¿Están creando una red alimentaria alternativa? ¿De qué modo estas posibles redes alimentarias alternativas permiten pensar el territorio? ¿Cuáles son los imaginarios colectivos que comparten? ¿Cómo la identidad colectiva genera valoraciones en relación a los otros? ¿Qué contradicciones o dificultades enfrentan? ¿Cuál es la frontera de lo posible en relación a la recuperación y resguardo ecológico? ¿Es factible que su articulación política derive en un movimiento de justicia y soberanía alimentaria o en una nueva reforma agraria?
Se proponen algunos hallazgos preliminares:
En el contexto de la crisis alimentaria emergen sujetos que desafían y cuestionan activamente el sistema agroalimentario a través de sus imaginarios y acciones colectivas. Las estrategias que emplean se entrelazan en espacios de colaboración mutua, donde se establecen redes alimentarias alternativas como respuesta a lo que perciben como la insostenibilidad de la vida.
Los imaginarios, narrativas y prácticas están centradas en aspectos morales, espirituales, ecológicos, de salud, comunitarios y políticos. Estas dimensiones tienen significados heterogéneos que marcan fronteras identitarias. Estos valores pueden acercar o distanciar a los individuos en estas redes, pero convergen como una resistencia al sistema agroalimentario convencional.
Las acciones político-públicas han servido para objetivar el concepto de soberanía, que jurídica y tradicionalmente, reside en el Estado-Nación, pero que en constituciones actuales se extiende hasta los dominios de la soberanía popular entendida como el derecho de la ciudadanía a participar en el ejercicio del poder político. Sin embargo, estas acciones colectivas están situadas entre las paradojas de los imaginarios alimentarios, utópicos y distópicos del comer bien, en el sentido moral y político de estas dimensiones.