¿Qué pasa en los límites de la ciudad? ¿Cómo y quienes viven en las afueras? En este trabajo proponemos presentar una etnografía de la vida (peri)urbana, para adentrarnos en los modos de vida, en las circulaciones y movilidades y en las formas de apropiarse y gestionar un espacio que se despliega entre lo rural y lo urbano. El trabajo se enmarca en una investigación sobre el periurbano de La Plata (Buenos Aires, Argentina), que destaca por su actividad de producción de verduras y hortalizas. Se trata de un periurbano que se calcula concentra el 85% de la producción del cordón bonaerense, y ocupa más de la mitad de la superficie del municipio, teniendo un rol central en el abastecimiento de productos frescos a nivel nacional.
En las últimas dos décadas, la actividad productiva del periurbano platense está siendo disputada por otros usos del suelo, especialmente el residencial. Diversos trabajos (Frediani, 2010; Lapomarda, 2019, Di Croce y Paggi, 2018, ente otros) identifican procesos que se sitúan en los extremos opuestos del orden social y urbano: la proliferación de ocupaciones de tierras y asentamientos populares, por un lado, y el desarrollo de barrios cerrados para clases medias y altas por el otro. Si bien estas son las dos tendencias que más destacan dada su dicotomía polarizada, también forman parte de estas transformaciones sectores medios que se trasladan a vivir al periurbano en residencias de distintos tipos, así como otros actores sociales que intervienen en la subdivisión del suelo rural, como inmobiliarias, empresas desarrolladoras, el estado municipal, entre otros (Musante, 2023). De esta manera nos encontramos hoy con un espacio periurbano que es habitado por una multiplicidad de actores sociales que producen configuraciones espaciales diversas y desiguales. En esta ponencia proponemos adentrarnos en uno de estos actores: los sectores medios que trasladan su lugar residencial a las afueras de la ciudad a partir de la compra de parcelas rurales donde se instalan en casas-quinta, y sostienen una vida urbana a varios kilómetros de donde viven. Esto implica desplazamientos continuos entre la ciudad y su espacio residencial, y formas particulares de gestionar y apropiarse de los lugares por los que circulan, en donde la distinción que proponen Duhau y Giglia (2008) entre residir y habitar cobra particular relevancia. Al mismo tiempo, su traslado motivado en parte por una búsqueda de “más espacio”, “tranquilidad” y “naturaleza” es el que impulsa dinámicas de urbanización y lógicas urbanas, justamente aquello de lo que buscan alejarse. Se presentarán análisis iniciales que son parte de una investigación doctoral en curso.