Ponencia

Etnografía de dos sistemas alimentarios tradicionales en América: México y Perú.

Parte del Simposio:

SP.37: El insostenible sistema alimentario actual, desigualdades, opresiones, alternativas y resistencias. Aportes desde el enfoque de la antropología de la alimentación

Ponentes

Angélica García Bustos

Facultad de Antropología. Universidad Autónoma del Estado de México

Angélica García Bustos

Facultad de Antropología. Universidad Autónoma del Estado de México

Zoila Rosaura Yépez Vásquez

FACULTAD DE ANTROPOLOGIA, UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO

En México, en la región central del Estado de México denominado valle de Ixtlahuaca, el sistema alimentario se encuentra sustentado en el cultivo del maíz, frijol y calabaza y la recolección de plantas silvestres comestibles, que son la base cultural de la alimentación tradicional, ello gracias al aporte de las culturas mesoamericanas y al conocimiento acumulado y transmitido de generaciones, resultado de la experiencia directa en el manejo de los recursos naturales disponibles en el lugar. Lo anterior, da cuenta de la riqueza cultural alimentaria tradicional, que los pobladores han preservado a través del tiempo y que autoabastece sus necesidades básicas de alimentación en el siglo XXI.

En Perú, los pobladores del valle del Jequetepeque de la región Yunga Andina de Cajamarca, producen y se abastecen de los alimentos necesarios para su vivir; el aprovechamiento de los recursos naturales sustentables en la alimentación diaria tradicional del poblador de esta región, establece una relación directa entre el ser humano y su medio natural; reconociendo que la sostenibilidad del sistema alimentario necesita de esa relación equilibrada, la cual nace de la necesidad humana frente a la capacidad de los recursos que les brinda la madre Tierra.

La ponencia describe desde la etnografía y desde la perspectiva de la antropología de la alimentación, las características de ambos sistemas alimentarios, practicados desde la época prehispánica y que desde entonces, han garantizado la satisfacción de las necesidades alimentarias de los pobladores de ambas regiones geográficas. Por tanto, consideramos importante reflexionar que los dos sistemas de alimentación basados en la producción y recolección agrícola, han sido y son parte de la memoria colectiva cultural, constituyendo un patrimonio biocultural tangible e intangible en el mundo globalizado actual.