En este trabajo analizamos los aportes teórico-conceptuales de la Teoría Crip para ponerlos en diálogo con ciertos planteos de los llamados Estudios Trans o Transgender Studies. La Teoría Crip surge en los últimos veinte años como parte de un posicionamiento que se inicia en el activismo y el ámbito artístico/performativo. El término crip deriva de la expresión inglesa cripple, que habitualmente se traduce como tullido, y denota una apropiación del insulto, para transformar la humillación en un desafío a las normas –a la normalidad, a la naturalización de los cuerpos capacitados- y a los discursos dominantes. Se trata de imponer un giro a las representaciones dominantes de lo que resulta agraviante y de autoidentificarse con ello, para desactivar su carga ofensiva. La apropiación contestataria de la injuria permite, al mismo tiempo, develar sus efectos excluyentes.
La teoría Crip ha devenido tanto en un sistema conceptual, como en una herramienta política. En ese sentido, resulta inevitable conectar los orígenes de lo Crip y lo Queer, ya Robert McRuer (2006) ha establecido vínculos entre la heterosexualidad obligatoria y la llamada capacidad corporal obligatoria, como parte de los mecanismos tendientes a conformar la subjetividad neoliberal. Ambos sistemas trabajan colaborativamente para producir determinados cuerpos, prácticas, deseos e identidades, al mismo tiempo, ambos problematizan las categorías de identidad esencializada e inmutable y la naturalización de ciertas corporalidades. En este trabajo nos centraremos en el caso de las personas trans, donde la categoría diagnóstica ‘Transexualismo’ -que tiene su origen en el discurso médico psiquiátrico- resulta reapropiada y resignificada para auto-denominarse. Al mismo tiempo, se han desarrollado una serie de producciones teóricas: los Estudios Trans o Transgender Studies en los que se combinan la militancia, la narrativa biográfica y/o la producción académica.
Para tender puentes entre las experiencias activistas, las dimensiones teóricas y conceptuales de lo Trans y lo Crip recurrimos a una serie de aportes que permiten dar cuenta de los puntos de confluencia. En primer lugar, diversos autores desde las ciencias sociales, proponen un análisis de los cuerpos como territorios en los que se anuda la organización social, el poder y se configuran las significaciones culturales (Mauss, Le Breton, Turner, entre otros.); por otro lado, los términos monstruosidad, estigma y abyección evidencian cómo se configuran estas nociones de “lo otro”, “lo exótico” y la exigencia que nos constriñe a ordenar la realidad a partir de categorías excluyentes. En segundo lugar, la noción butleriana de performatividad permite dar cuenta de cómo el discurso produce los efectos que nombra y logra dichos efectos mediante una práctica reiterativa. Tanto desde los llamados estudios Trans como desde la teoría Crip, se busca criticar y desestabilizar las dicotomías que normativizan a los cuerpos disidentes y a las identidades en base a diferencias supuestamente ancladas en la biología.