Si bien el medio más ampliamente aceptado para promover la conservación de especies es el establecimiento de áreas protegidas, su ampliación en las últimas décadas ha disminuido el control local sobre los bienes comunes, aumentando incluso el uso de la violencia para proteger la biodiversidad por parte de los Estados. Esto ha llevado a las ONG de conservación a un cambio paulatino y cualitativo de los modelos “de arriba abajo” a los modelos “de abajo arriba” para su gestión ambiental (Corson et al., 2020; Vargas-del-Río, 2014).
Además, existe una pertinencia global que ya lleva más de tres décadas. En la Conferencia de la ONU sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992, los líderes políticos reconocieron la participación y los derechos de los pueblos indígenas en el desarrollo , la creación de capacidades, la capacitación de las personas empobrecidas y las mujeres y la toma de decisiones integrada (principios 10, 22, 9, 20 y 27, respectivamente) (De Beer, 2013).
De ahí que de los años 2000 en adelante se empiezan a consolidar los enfoques de “Gestión comunitaria de los recursos naturales”, “Conservación comunitaria”, “Conservación basada en la comunidad”, el “Enfoque de coexistencia”, entre otros que se basan en la idea de que la conservación y el desarrollo pueden lograrse simultáneamente.
Asimismo, en un contexto de crisis climática y ecológica, es de amplio interés generar mecanismos para la gestión de un percibido solapamiento espacial de los sistemas ambientales y humanos. Desde la restauración ecológica de paisajes productivos, por ejemplo, se subraya un rol preponderante de las comunidades, en lo que se va perfilando como “conservación de la conectividad” y “paisajes de coexistencia” (Fiasco & Massarella, 2022).
Es por eso que los distintos enfoques de la conservación están intrínsecamente relacionados con los significados de conceptos como el de “Comunidad” y el de “Participación”. Aun cuando son ampliamente utilizados, usualmente no son definidos (o no explícitamente) a lo interno de las organizaciones. Además, suelen estar rodeados de idealizaciones morales, de sobre-simplificaciones de la realidad, o incluso se instrumentalizan para legitimar prácticas contrarias a la justicia ambiental o a la sostenibilidad.
Se plantea esta ponencia como un acercamiento a las organizaciones de conservación en Costa Rica para comprender, desde sus narrativas, los enfoques de conservación en relación con la participación comunitaria que esperan. Esto implica conocer sus ideas en torno al significado de “comunidad” y “participación” y analizar las implicaciones operativas y políticas que conllevan sus procesos de vinculación comunitaria.
Corson, Catherine, Worcester, Julia, Rogers, Sabine, & Flores-Ganley, Isabel. (2020). From paper to practice? Assembling a rights-based conservation approach. Journal of Political Ecology, 27(1), 1128–1147.
De Beer, Frik. (2013). Community-based natural resource management: living with Alice in Wonderland? Community Development Journal, 48(4), 555–570.
Fiasco, Valentina, & Massarella, Kate. (2022). Human-Wildlife Coexistence: Business as Usual Conservation or an Opportunity for Transformative Change? Conservation and Society, 20(2), 167–178.
Vargas-del-Río, David. (2014). The assistive conservation approach for community-based lands: the case of La Ventanilla. The Geographical Journal, 180(4), 377–391.