En el año 2003, la Quebrada de Humahuaca, en la provincia andina de Jujuy, Argentina, fue el primer sitio en Sudamérica en ser declarado como “Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad” por la UNESCO. Según el Comité de Patrimonio Mundial, se le otorgó este estatus por sus características “únicas” y “excepcionales”, en relación a su riqueza natural, cultural e histórica. Desde entonces, el turismo se rearticuló en una nueva fase en tanto política de gobierno, orientado en parte a revertir la crisis económica de una región históricamente relegada en términos productivos y laborales (Arseno y Troncoso, 2009; Troncoso, 2008).
La declaración y el desarrollo del turismo no tuvo las mismas características e implicancias en las diferentes localidades contempladas territorialmente en la declaración. En una de éstas, Tres Cruces, pocos años antes de la declaración había impactado sustancialmente el cierre del ferrocarril Belgrano, junto con un masivo despido de trabajadores de la empresa minera El Aguilar. En este contexto, la declaración patrimonial y el fomento de la actividad turística signó una serie de medidas inéditas de gobierno, que buscaban apostar al turismo como principal actividad económica. Entre otras actividades, se produjo la división de la Secretaría de Cultura y de Turismo que hasta ese entonces habían funcionado conjuntamente; se construyeron lugares atractivos para el turismo; y comenzaron a darse capacitaciones para que personas locales pudieran desempeñarse como guardas de sitio y realizar recorridos y acciones de protección de los lugares con valor patrimonial. Este contexto generó diversos conflictos y posicionamientos enfrentados a nivel local entre quienes estaban a favor de los procesos de turistificación, y quienes se postulan en contra del desarrollo de la actividad turística en tanto se asocia al deterioro y destrucción de lo considerado patrimonial. En función de lo antedicho, en esta ponencia me propongo reflexionar en torno a las disputas que se establecen entre las prácticas vinculadas al desarrollo local del turismo, y aquellas que rechazan dicha actividad económica en la localidad de Tres Cruces.