El neconservadurismo como proyecto político va unido al neoliberalismo como forma de subjetivación que promueve soluciones individuales y atomizantes a los problemas sociales. En América Latina y en Argentina en particular, este esquema se ampara en una justificación del poder que transforma las relaciones de fuerza en relaciones jurídicas y/o de necesidad económica, muy a menudo contra las necesidades de la ciudadanía y afectando negativamente los horizontes de derechos y bienestar común de las mayorías. Ante tal escenario, esta ponencia busca contribuir a la discusión conceptual desde el campo de la Antropología del Estado en torno de las interrelaciones entre legitimidad, legalidad y legibilidad en un contexto de crisis de la democracia y avance de la reorientación hegemónica de las derechas. Para ello, se ofrecen algunos ejemplos etnográficos relativos a procesos ideológicos y sus expresiones en instituciones donde se juega la politización de la deuda y el crédito externos en diferentes gestiones y agencias estatales. El trabajo busca articular las categorías de legitimidad, legalidad y legibilidad en los siguientes términos: una actualización crítica de ciertos esquemas de interpretación políticos jurídicos de la filosofía contractualista, una lectura crítica de las formas cotidianas de la burocracia basadas en la violencia estructural, y una mirada etnográfica de cómo grandes planes de desarrollo estatal fracasan debido a cómo opera la construcción de la realidad a través de la mirada del Estado. Estas cuestiones remiten en gran medida a la separación o imbricación entre el Estado como sistema social general y al gobierno como esquema de dominación. Asimismo, también remiten a formas de producir y legitimar marcos interpretativos recurrentes de la gobernanza que subrayan o rechazan la importancia de los procesos reales donde los políticos y funcionarios estatales producen valor. Se sugiere que para comenzar a desnaturalizar las categorías de pensamiento con las cuales pensamos al estado en dichos términos es preciso no perder de vista la relación entre política, poder social y derecho. Una pregunta clave en este sentido es ¿qué está en juego cuando se piensa en el Estado como un espacio clave de y para el “trabajo político” y qué está en juego cuando se afirma lo contrario? El caso de las representaciones y prácticas en torno al endeudamiento es particularmente fértil para interrogar cuáles son los alcances de proyectos políticos antagónicos en y para el Estado que, entre otras cuestiones, tiende a invertir la supuesta relación virtuosa entre poder y conocimiento, y a transformarla en una relación entre coacción e ignorancia.