Esta investigación analiza de manera crítica si el hecho de que las personas mayores representen el 75% de las víctimas fatales de COVID-19 en el mundo se debe principalmente a la naturaleza de sus cuerpos, o si algunas de las razones de su mayor tasa de letalidad se encuentran en la forma en que operan los sistemas de salud, el viejismo médico y la sobrecarga de los servicios de salud durante la pandemia durante los años 2020 y 2021. Estos factores podrían haber limitado o excluido a los adultos mayores de acceder a tratamientos o recibir atención médica adecuada. Además, este estudio busca identificar las estrategias que los pacientes mayores y sus familias tuvieron que desarrollar para gestionar la enfermedad y acceder a los servicios de salud. Este tema no ha sido suficientemente estudiado desde una perspectiva social o gerontológica. Por ello, este estudio sitúa este problema en Perú, un país de ingresos bajos y medios de América del Sur con la tasa de mortalidad por COVID-19 más alta del mundo. A diferencia de estudios anteriores, mi investigación se basa en una metodología cualitativa y el Marco Conceptual de Acceso a la Salud de Levesque (2013). Contrastaré los discursos a nivel nacional del gobierno peruano sobre el acceso de las personas mayores a la atención médica durante la pandemia con las perspectivas y experiencias de los proveedores de salud, los pacientes adultos mayores y sus familias. En este sentido, esta investigación doctoral, una de las primeras de su tipo en América Latina, tiene como objetivo obtener lecciones más amplias que puedan mejorar el acceso de las personas mayores a la atención médica en el período de recuperación post-pandemia, así como el bienestar y el derecho a la vida de las personas mayores en países en vías de desarrollo en todo el mundo.