Durante el llamado “estallido social” en Chile, más de 40 iglesias católicas ubicadas en los centros históricos de diferentes capitales regionales del país fueron atacadas por manifestantes durante las movilizaciones callejeras. Junto a las marchas, barricadas, saqueos a comercio y la quiebra de monumentos vinculados a la historia colonial y republicano, templos, varios de ellos, lugares de interés patrimonial, fueron impugnados en sus materialidades, con rayados, quiebra y quema de objetos sagrados. Este el mayor ciclo de iconoclasmo anticlerical en la historia chilena y uno de los más significativos en América Latina. En esta ponencia analizo el caso de Antofagasta, ciudad nortina dedicada a la gran minería conocida por sus altos niveles de desigualdad, asimismo por la vitalidad de la religiosidad popular y que se sumó rápidamente a las protestas nacionales en octubre de 2019 incluyendo la participación de residentes de barrios precarizados descritos por la academia como “apolíticos” y “desintegrados”.
En base a los hallazgos preliminares de un trabajo de campo etnográfico que realicé en esa ciudad a cuatro años de la revuelta, en primer lugar, exploraré los modos en diversos actores sociales, seculares y religiosos, teorizan e intentar dotar de inteligibilidad a las prácticas de desfiguración de objetos, monumentos y edificios destinados a la devoción. ¿Qué significados dan a la acción de romper efigies mariana y altares en medio de las multitudinarias protestas por el derecho a la “vida digna” que se tomaron abruptamente de los espacios públicos durante la revuelta? En sus discursos, la cuestión de la desigualdad emerge como un eje central, además de la crisis de la institución católica por la denuncia de abusos eclesiales. En segundo lugar, examino las articulaciones densas entre temporalidades, territorios y cuerpos implicadas en la práctica iconoclasta, dialogando con las contribuciones hechas por la antropología sobre violencia anti-clerical en contextos de revoluciones y guerras civiles (Mintz, Maddox, Delgado, Bantjes) así como los debates contemporáneos sobre ruinación (Gastón Gordillo, Yael Navaro). Con ello, discuto sobre las relaciones ambivalentes entre lo político y lo religioso.