Ponencia

Desigualdad y liminalidad laboral no clásica entre las personas en situación de calle

Parte del Simposio:

SP.71: Perspectivas socioantropológicas sobre las desigualdades en el ámbito del trabajo y la vida de las/os trabajadora/es

Ponentes

Patrícia Marília Félix da Silva

Universidade Federal de Mato grosso

La playa de Boa Viagem, en Recife – noreste brasileño -, como espacio de ociosidad, turismo y negocios, estimula un comercio variado, que contribuye, mediante la articulación del informal con lo formal, a la acumulación de capital. Allí, se encuentra el trabajo de quienes comercializa comidas y bebidas en la arena de la playa, por medio del ofrecimiento de sillas y sombreros, como una alternativa ante el desempleo y los bajos salarios en los puestos formales. Las personas en situación de calle, en extrema pobreza y sin lugar fijo para vivir, se involucran a este trabajo en actividades como: transporte de los materiales en carro de hierro que es empujado con las manos (así como los/as cartoneros/as), organización del material en la arena, invitación a clientes para el consumo, atendimiento a los/as clientes, reorganización de material, arreglo de materiales rotos y recogida de latas de aluminio reciclables de los/as clientes. Todo este complejo ha sido analizado como una construcción social de la ocupación, bajo la mirada teórico-metodológica que articula la perspectiva del trabajo no clásico con el configuracionismo. Por medio de observaciones, entrevistas y fotografías, el objetivo de esta investigación de postdoctorado ha sido analizar la percepción que estos/as comerciantes tienen de las personas en situación de calle en esta playa, y de su trabajo, específicamente aquellas con quienes establecen una relación laboral. Han sido entrevistados/as 34 comerciantes, 19 personas en situación de calle y cuatro trabajadores/as que no están en esta situación. Se ha identificado que los/as comerciantes suelen solicitar el trabajo de las personas en situación de calle cuando no tienen otra opción y/o pretenden pagarles un monto menor. Esta precariedad del trabajo, ligada al deambular por la calle, realidad agravada por la COVID-19 y mezclada con el uso de drogas como manera de mitigar el sufrimiento derivado de la pobreza, condiciona a los/as comerciantes a presentar un discurso discriminatorio de que estas personas no son trabajadoras, aún más en la carencia de políticas públicas para inserción laboral y salida de las calles. Se trata, pues, de una ausencia de reconocimiento de la contribución de estos trabajos para la acumulación capitalista, incluso mediante el turismo. Hay, también, intentos para ofuscar estos trabajos, considerándolos solamente como una “ayuda”, por los cuales, en algunas situaciones, se cambia no dinero, sino comida y bebida. El daño en el reconocimiento también se verifica en la demora para efectuar el pago previamente acordado, basado en la concepción de que no serían trabajadores/as. Así, se ha constatado que la situación de calle, fenómeno mundial, agrega diferentes trabajadores/as en situación de pobreza y desempleo, los/as cuales hacen diferentes trabajos en las calles, insertos/as en la cadena de acumulación, aunque moralmente puedan no ser considerados/as trabajadores/as.